- Sinopsis
- Sara, una niña de 13 años, tiene la necesidad de abandonar su inocencia para adentrarse en el mundo adulto y así encajar dentro de su grupo de amigas. Envuelta por un mundo donde reina la apariencia, Sara se verá obligada a forzar su voluntad convirtiéndose así en una víctima más de la sociedad. Un retrato de la generación del 2000, donde móviles, Internet y una sexualidad prematura no pueden pasar desapercibidos. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Cortometraje
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2017 / España
- Título original:
- La última virgen
- Duración
- 18 min.
- Guion
- Fotografía
- Compañías
Premios
Preciosismo visual para pintar una realidad tenebrista
31 de julio de 2022
Aterrador en su realismo y absoluta verosimilitud en su relato de la preadolescencia actual, “La última virgen” es el magistral corto con el que Bàrbara Farré ganó en el Festival de Málaga y en los Premios Gaudí. La cineasta catalana no necesita más que 18 minutos para helarnos la sangre tan sólo encontrando a cuatro actrices adolescentes extraordinarias y poniendo la cámara ante ellas. Nos cuenta la presión social que sus amigas ejercen en Sara, de 13 años, para que pierda la virginidad con Dani, porque ya va tarde y es la única que aún la conserva.
Nos habla de una preadolescencia totalmente sexualizada donde eres señalada y estigmatizada si no te comportas con los chicos y con tu porpio cuerpo como determinan tus amigas y las redes sociales. Acaba siendo una obligación, porque Sara no se besa ni se toca con Dani porque realmente lo desee, sino porque las normas sociales de su grupo de iguales se lo han marcado. Y porque las redes sociales exigen publicitarlo en el culmen de un exhibicionismo suicida para que, a esa edad, no existen resortes con los que que defenderse.
La dirección y guión de Bàrbara Farré son precisos y exactos, milimétricos, tienen claro lo que pretenden mostrar y lo hacen. Con honestidad, sin querer trasladar mojigatería ni ultraconservadurismo, limitándose a poner la cámara ante los hechos desnudos, perturbadoramente verídicos.
Imposible que todo funcione sin la interpretación de Laia Cuadrado, piedra angular de todo, y de una maravillosa fotografía muy contrastada de Lucas Casanovas para pintar de forma preciosista una realidad tenebrista.
Nos habla de una preadolescencia totalmente sexualizada donde eres señalada y estigmatizada si no te comportas con los chicos y con tu porpio cuerpo como determinan tus amigas y las redes sociales. Acaba siendo una obligación, porque Sara no se besa ni se toca con Dani porque realmente lo desee, sino porque las normas sociales de su grupo de iguales se lo han marcado. Y porque las redes sociales exigen publicitarlo en el culmen de un exhibicionismo suicida para que, a esa edad, no existen resortes con los que que defenderse.
La dirección y guión de Bàrbara Farré son precisos y exactos, milimétricos, tienen claro lo que pretenden mostrar y lo hacen. Con honestidad, sin querer trasladar mojigatería ni ultraconservadurismo, limitándose a poner la cámara ante los hechos desnudos, perturbadoramente verídicos.
Imposible que todo funcione sin la interpretación de Laia Cuadrado, piedra angular de todo, y de una maravillosa fotografía muy contrastada de Lucas Casanovas para pintar de forma preciosista una realidad tenebrista.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Traumas sin explosionar
20 de septiembre de 2019
Un retrato que conlleva detrás, latente, un patrón moral y cultural, una cotidianidad presente ya no solo en el extrarradio de las grandes ciudades sino en el propio corazón de pueblos y ciudades. El resultado del sistema educativo español también se ve en cómo se frivoliza el amor, y las relaciones subyacentes a él, confundidas en algo más complejo de lo que acertamos a ver. En este cortometraje se nos muestra la semilla de los nuevos tipos de relaciones de nuestra sociedad. Habla de traumas, pero no termina de explosionar.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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