Las noches de Constantinopla (2001)

Hay pueblos dotados para hacer reír y otros para reírse, pocas veces coinciden ambas cualidades. Los cubanos sobre todo son risueños, alegres y divertidos, pero hacer gracia más bien poca, tan sólo su gobierno.

No esperen mucho de esta comedia cubana por pretencioso título “Las noches de Constantinopla”. Por si no lo saben el protagonista el Liberto Rabal, lo que ya no la salva de la catástrofe ni la Cruz Roja. Anda por ahí también el gran Paco Rabal poco antes de morir. En realidad se interpreta a sí mismo como hacen los grandes actores cuando llegan a una edad.

El argumento es tedioso e inverosímil (Liberto novelista, aunque sea literatura erótica), y apenas se pueden esbozar alguna leve sonrisa en todo el metraje. Tampoco logra ningún homenaje a la commedia dell'arte italiana, si es que lo pretendía.

Lo más atractivo como suele ser habitual las localizaciones del país de los antiguos taínos.

Totalmente prescindible.