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Andrómedas (2019)

Andrómedas
83 min.
6,3
32
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Trailer (SIN DIÁLOGOS)
Sinopsis
En un pequeño pueblo de La Mancha, una casa reúne a varias mujeres. Rosita, de 90 años, vive con María, la mujer ecuatoriana que la ha estado cuidando durante los últimos siete. Y Clara, nieta de Rosita, filma su relación. (FILMAFFINITY)
Género
Documental Vejez / Madurez
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Andrómedas
Duración
83 min.
Fotografía
Compañías
Coproducción Francia-España;
Links
9
Andrómedas y las tribus felinas
Estamos disfrutando del FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE MURCIA (IBAFF), perfecto para visionar pelis poco difundidas fuera de estas programaciones.
Ayer 2 de marzo tocó «Andrómedas», de Clara Sanz, un docu mitad humano mitad felino donde la supuesta protagonista es una lúcida abuela de 90 años.

Rosita ama leer siempre y cuando no aparezca ningún polvo, ni siquiera una fantasía softcore, mejor un buen asesino en serie.
No cabe duda de que es trabajadora, tiene la fuerte voluntad de antaño y puntazos de auténtico personaje al que hacerle más de un reportaje. Rosita es la bomba, pero la chispa que le permite seguir siendo bomba es su cuidadora María, una señora latina cuya dulzura ha entregado a la causa de sobrevivir lejos de quienes más ama.
Clara crea un trabajo delicado pero sincero, sin esconder las ganas de su abuela Rosita de zamparse un pájaro aún vivo o su madre renegando del rescate de otro gato.
La autora tiene un especial talento para sobrepasar los estereotipos en tiempo récord manteniendo un ritmo apeteciblemente sosegado.

Especiales las escenas de alimentación a las colonias felinas a las que nadie mira, una mami haciendo funambulismo en un tejado con su cachorro en la boca, Rosita hablando sobre palabras misteriosas que aparecen en sueños, o la gran protagonista María intentando salvar a la diminuta ave llamada avión.

((: Gracias, Clara :))

LaRaKeLa.com
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Crítica de Andrómedas por Cinemagavia
*Una historia familiar

Como si fuera una tarde de café, Andrómedas comienza su historia con una familiaridad estupenda, que ya invita al espectador a sentarse a conocer a estas dos mujeres. Clara Sanz Cuesta explora la vida de su abuela y de su cuidadora interna, pero sin influir en cómo transcurren los episodios que se van mostrando. Gracias a esa cotidianidad, se va comprendiendo lo que se busca con este relato. Por un lado, la sinergia que se crea entre aquellas personas mayores y sus cuidadores, el cariño y el vínculo que nace entre ellas, algo que tiene un mensaje social muy importante. La soledad en la vejez se expone, pero a la inversa, enseñando la vitalidad al verse acompañados y sentirse dentro de la propia comunidad. Con lo cual, Sanz Cuesta maneja con maestría y sabe llevar su intención por un lugar apropiado.

Por otro, habla de la inmigración, de los sacrificios de mujeres que se dedican al cuidado de los mayores. Así expone esa vida personal a la que ya no acceden con tanta facilidad, dejando un poso de reflexión muy íntimo y personal. Además, no lo hace desde una visión victimista y derrotista, sino con una normalidad y sencillez que es donde halla su fuerza. El documental en sí es un homenaje hacia este tipo de convivencias, lo que es algo importante de conocer. Incluso, al realizar un retrato tan directo, puede permitir que muchas personas conozcan y sepan cómo se desarrolla. Sin duda, el público queda cautivado por la sutilidad de su narrativa, que se conjuga perfectamente con un espíritu positivo y luminoso. Es de esos documentales que tienen alma por las personas que participan y que, a través de ellas, exponen lo que hay que remover en sociedad.

*Abuelas, madres e hijas

La principal protagonista de Andrómedas es Rosita Monteagudo, la abuela de la realizadora. Con sus 90 años consigue llegar directa al corazón de los espectadores, con sus ocurrencias y su forma de estar ante la cámara. A diferencia de otras personas, Monteagudo se presenta natural, dejando salir su forma de ser sin miramientos ante la pantalla. Gracias a esa posición, hace que el documental obtenga un valor personal que no hubiera conseguido si se notara una planificación clara en la estructura. Por ello, es todo un acierto que llegue incluso a hablar con su nieta, que es quién graba. No parece una ruptura de la atmósfera que se forma, sino que todavía da mayor solidez al carácter intimista de la propia cinta. Por lo que, regala a los espectadores su propia esencia e impregna de ella al documental.

María Loja, la cuidadora de Monteagudo, es la otra gran protagonista. También aparece ante las cámaras de una manera muy orgánica, con comodidad y exponiendo esos lazos personales que le unen con Monteaguado. Igualmente, tampoco se para en demasía sobre su persona, hasta que durante el último tercio del film es donde obtiene el momento de expresar con sus palabras ese lado humano y sincero que hay detrás de su labor. Después, también salen miembros de la familia de Monteagudo, las que se dejan invadir ante este experimento gráfico. Es interesante ver y observar también la influencia de otros miembros de su círculo cercano, dejando constancia de ello. En resumen, todas las personas que hacen acto de presencia en el documental, dan su granito de arena para dar una experiencia lo más real posible.

*La metáfora de una realidad

Lo que hace tan delicada y sensible a Andrómedas es la sencillez con la que afronta la realización técnica, pero sin descuidar el poder de las imágenes. A pesar de basarse en una rutina, Clara Sanz Cuesta demuestra su buena labor como realizadora al crear un mundo íntimo y expandirlo a través de las distintas tomas que utiliza. La fotografía del film pasa de un plano general a planos detalle, dando ese dinamismo tan necesario para no quedarse en una linealidad que hubiera acarreado problemas de ritmo. Por lo cual, siempre está en movimiento, pero permitiendo también esa conexión con el medio, la naturaleza y hasta los animales. Así logra dar esa ambientación personal y con su propio espíritu, permitiéndole a la directora establecer las bases de su sello de identidad.

La simbología de las Andrómedas, basada en el concepto de las constelaciones, hace que se acuñe a esa unión de mujeres que forman su propia estructura familiar. De igual manera, es una metáfora visual y retórica del significado de la importancia de las internas en las casas de personas, en plena etapa de su vejez. Luego, también hay situaciones, como las obras y los árboles, esa reconstrucción del continuo cambio. La plasticidad con la que se refleja el paso del tiempo, es de aplaudir por la inteligencia visual que se presenta. Únicamente, en algunas partes muy concretas, el ritmo se paraliza momentáneamente, lo que esa fluidez se interrumpe, pero de forma muy puntual. Aun así, al no ser algo llamativo, no se convierte en un gran conflicto y mantiene su ADN intacto.

*Conclusión

Andrómedas es un documental muy humano, que expresa las relaciones entre personas desde una perspectiva diferente. Por un lado, muestra la sinergia entre personas mayores y sus cuidadores internos. Mientras que, por otro, explora sus motivaciones vitales personales. Clara Sanz Cuesta encuentra en su abuela Rosita Monteagudo y María Loja dos perfectas protagonistas para retratar una realidad de la que no se suele hablar mucho. De igual manera, hay un sello de identidad visual muy trabajado, con detalles metafóricos y sugestivos espléndidos. Encuentra su identidad en la sencillez, en lo íntimo y en la familiaridad. Únicamente, el ritmo, a veces, se templa. Pero, en su conjunto, sigue un montaje dinámico. Como las constelaciones del cielo, la sinergia sincera y realista de estas mujeres merece ser vista, escuchada y disfrutada.

Escrito por Diego Da Costa
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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