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Hija de la laguna (2015)

Hija de la laguna
87 min.
6,8
131
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Sinopsis
Nélida, una mujer en los Andes que habla con los espíritus del agua, emplea sus facultades para enfrentarse a una minera que amenaza destruir la laguna que ella considera su madre. Justo debajo de las lagunas de Nélida, yace un rico depósito de oro que enfrenta a los campesinos que temen quedarse sin agua con la minera de oro más grande de Sudamérica. (FILMAFFINITY)
Género
Documental
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Perú Perú
Título original:
Hija de la laguna
Duración
87 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
7
La hija de la laguna: la defensa del agua y de la tierra
Por: John Harold Giraldo Herrera
Docente y documentalista
[email protected]

La minería es punta de lanza del llamado progreso, o una locomotora del desarrollo, esa es la visión corporativista y de ciertos gobiernos. Para las comunidades y para la propia naturaleza constituyen uno de los más grandes focos de destrucción. En toda Latinoamérica operan varias multinacionales del despojo, quienes vienen por los preciados minerales, saquean, estropean, y terminan obteniendo ganancias multimillonarias. En aquellos lugares se ha incubado por fortuna la defensa, la resistencia y el impedir que se destruyan los ecosistemas. Gracias a la explotación de nuestros recursos, nos hemos dado cuenta del valor y de la riqueza con la que hemos contado, no obstante, nadie tendría el derecho de conceder una afectación contra sí mismo al . Se dice en las consignas de los defensores: el oro no se come, el agua es un patrimonio. Y de allí se ha desplegado una disputa innecesaria, ya que no habría lugar a impulsar defensas de algo que es reconocido como un baluarte.

La hija de la laguna, es un documental, que nos muestra como en el Perú, en un contexto geográfico donde vivían tranquilas unas personas, arando la tierra, cuidando el contexto, manteniendo una relación de equilibrio. Luego viene el destajo, la explosión a cielo abierto dejando un hueco, un poso donde la afectación es visible, para saciar una fiebre, la de un material simbólico, que sin ser útil o sirva para grandes necesidades, tan solo satisface un gusto, una estética, una simbolización de poder. La madre agua se encuentra en peligro, con ella la vida y así todo lo que nos ha sostenido, Mama Yaku la nombran, es la conexión con cada partícula de la existencia, como dijeran los Mayas, nada se encuentra aislado.

Por fortuna, las comunidades no se han quedado quietas, pero hemos podido observar cómo se activan todos los poderes para mantener unos intereses, mientras que se atropella y vulnera a las gentes que resisten, se les niega sus derechos y reconocimientos ancestrales. Mientras que nos siguen extrayendo, explorando y acabando lo que no debería ni siquiera tocarse. Cuando se le causa un atentado de tal magnitud a la tierra, pierden los niños, las especies amenazadas por la extinción, causamos un daño irreversible, nos sumimos en un retroceso y en el fondo todos nos vemos expuestos a las consecuencias de atacar la casa donde hemos vivido por cientos de generaciones. El daño no es sólo a una parte, el ecosistema vibra y aunque los países ricos apenas se vean en el documental en las pasarelas, como disfrutantes de la moda, y de los derivados del oro, ellos también se clavan un cuchillo, al permitir que su sitio de morada se esté deteriorando.

Una causa común por fin nos unirá: la de ver maltratada y vulnerada la pervivencia de otras especies y presenciar el deterioro de ese ser que nos ha acogido, resguardado y ofrecido lo necesario para respirar: entonces tendremos que proclamar la liberación de la madre tierra. El director Ernesto Cabellos, ya ha viajado con la protagonista Nélida a varios lugares del mundo con su documental; la historia termina siendo inspiradora, contagia, por ver a una mujer luchadora y guerrera, decidida en proteger su hábitat, que se prepara, conversa con los espíritus, y al tiempo no es sólo ella, es la muestra de una cantidad de gentes en la misma línea.

La hija de la laguna ha venido escalando, su propuesta es sencilla: nos instala en geografías olvidadas y que de repente cobraron intereses por haber allí oro u otros recursos mineros, luego no importa qué toque hacer para extraerlos y esto significa burlar el espacio de comunidades, acabar con el entorno, sobre todo con ese líquido vital: el agua, el oro no se come. El agua es el recurso esencial. Después esa hija es Nélida, nos toca lo sensitivo y también nos da un marco para comprender la estupidez de destruir lo que debería ser preciado, hasta que no sólo explota sino que nos permite ver flancos de una realidad muy dolorosa, en la que la defensa es una prioridad.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
¿Conga no va? Ni esta basura tampoco...
Insufrible de inicio a fin. De lejos la película peruana más sobrevalorada de la historia y por ende, la peor. Sé que ninguna persona de este documental es actor pero al menos debieron seguir el guion y hacerlo real, no recitar un conjunto de líneas memorizadas y que en algunas veces existía muletillas, vacíos en donde se habían olvidado su parte, sin mencionar esa manía de mirar la cámara, cual video casero, como si tu amigo te estuviera grabando. Otra aspecto que fue aborrecible es el abuso de la voz en off, en donde lejos de introducirte un personaje o una escena en especial, era un monologo sin fin. La dirección del desconocido Ernesto Cabellos también fue lo más cutre posible, en donde cada encuadre, cada enfoque era peor que el anterior, realmente amateur. Pensé en toparme con planos largos y silenciosos, actuaciones de personas no profesionales pero muy correctas (como Magaly Solier en la Teta Asustada) y una historia que me llegué al alma, que me transmita sentimientos y emociones, pero me topé con la pseudo obra más amateur existente. Una hora y media perdida de mi vida.
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1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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