Yerma (1998)

Planteada como homenaje a Lorca en el centenario de su nacimiento, "Yerma" participa de la paradoja de estar bien abonada sobre los fértiles terrenos de la obra del genio granadino. No hay ningún terreno yermo aquí. El resultado es sobrio y riguroso, teatral si se quiere, pero notable: un poema trágico andaluz dónde todo el acervo lorquiano está presente y captado, con todo lo bello y maravilloso que ello conlleva.
Bien dirigida y planificada, no es un film estático ni mucho menos, y además está inconmensurablemente interpretada por una Aitana Sánchez Gijón sencillamente perfecta.

De Federico García Lorca sólo conozco esta película y su obra "Bodas de Sangre", y ¡Vaya, cómo se sufre con él en la España profunda!

Esta cinta mezcla de película con teatro, rezuma tipismo, con temas del ayer vigentes aún en el hoy y quizás lleguen hasta el mañana. La religión, el misticismo, la tradición caduca, la necesidad en lo sobrenatural cuando la vida ahoga, el matrimonio de la sensibilidad con la rudeza, los principios inamovibles por los que se muere por dentro, la ignorancia, las ataduras de "las buenas costumbres". Personajes como Yerma, Juan, la vieja pagana, la vieja de los rezos y apaños...son también del hoy.

Si bien no me llega a gustar ni entiendo los cánticos en las obras de Lorca, no deslucen en esta película, y si me gustaron los cantos de la gitana en la romería.

Hubiera agradecido un mayor número de primeros planos para expresar mejor los sentimientos de los personajes y situaciones.

Esta angustia de Yerma me removió algo por dentro, y sí las palabras a vecen duelen como puñales en el alma: "marchita", "sóla"....., por eso hay que buscar como sea otras palabras con mejor rollito.