El herrero (C) (1922)

Ya sabemos que Keaton lo mismo pone herraduras que destroza coches. Las herraduras las pone con elegancia según el sexo del animal. A los coches les da lo mismo el sexo que tengan. Los guardabarros, los cristales, la carrocería y el motor no tienen secretos para Keaton. El único secreto es en donde encajará luego las piezas. Las piezas que queden. En donde Buster es un profesional es poniendo sillas de montar extensibles. Con el extensible la amazona parece la hermana de Tachenko. Y luego lo que pasa en el pajar queda para ellos dos. Pillines que sois unos pillines.

Divertida peripecia que rebosa originalidad y un fresco sentido del humor que se apoya en un interesante guión firmado por M.S. Clair y B. Keaton.
Desde las primeras escenas se advierte un modo creativo en la manera de enfrentar el hecho cinematográfico e Incluso las inevitables escenas de slapstick poseen un notable aire de renovación
La tramas se suceden con evidente soltura en el contexto de una ambientación excelente y ofrece con naturalidad situaciones disparatadas de gran efecto cómico así como infinidad de detalles que demuestran la creatividad de los autores.
También la interpretación raya a gran altura.