Trailer (INGLÉS)
- Sinopsis
- Antioquía fue la cuna de los grandes orfebres de la plata. Un padre vende a su primogénito a un hombre rico, para que éste pueda desarrollar las grandes dotes como escultor que su hijo posee. Posteriormente, será vendido como esclavo, hasta que una mujer le haga un encargo: esculpir las efigies de los Apóstoles en el cáliz sagrado. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Romance Antigua Roma
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1954 / Estados Unidos
- Título original:
- The Silver Chalice
- Duración
- 142 min.
- Guion
- Música
Premios
ESTAMPITA DE CARTÓN PIEDRA
19 de abril de 2011
Antioquia, alrededor del año 60 después de de Cristo; Basil (Paul Newman) es un esclavo griego que acaba siendo liberado por su propio amo Ignatius (E. G. Marshall) que le tiene como a un hijo aunque acaba siendo nuevamente degradado a su antigua condición por las rencillas con sus familiares de sangre. Convertido en un sencillo artesano, Basil recibirá un encargo de José de Arimatea (Walter Hampden) para que cubra de plata la misma vasija que utilizó Jesucristo en su última cena. La reliquia deberá ser llevada a Roma y entregada al apóstol Pedro (Lorne Greene). Y aunque Basilo acaba casándose con Deborah (Pier Angeli) aún siente afecto por una antigua esclava, Helena (Virginia Mayo) que acompaña al ambicioso Simón el Mago (Jack Palance) en sus extravagantes giras que le llevarán incluso al palacio del Emperador Nerón (Jacques Aubuchon) y satisfacer sus deseos de enfrentarse a Pedro.
Victor Saville (Kim de la India) rodó este film religioso que Paul Newman, en un papel decisivo pero eclipsado debido a la popularidad de las actrices del momento como Virginia Mayo y Pier Angeli, acabaría renegando hasta el punto de que se llegó a decir que abortaba sus entrevistas si los periodistas le mencionaban “El Cáliz de Plata”.
Razón tenía. Como objeto sacro la película de Saville está muy lejos de lo que “Quo Vadis” (1951) de Mervyn LeRoy aportó al cine religioso. Se caracteriza solamente por su marciana contribución a presentarnos unos decorados geométricos rodados en un gran plató, sin uso de exteriores, hasta tal punto que la Ciudad de Jerusalén se asimila a la colonia lunar de cualquier cinta de Ciencia-Ficción de série B. Practicamente no se perciben localizaciones en exteriores y el pesebre de Victor Saville se rodó en un gran plató gentileza de los estudios. Una adolescente Natalie Wood, con llamativo pelo rubio, interpreta a la joven esclava Helena.
Victor Saville (Kim de la India) rodó este film religioso que Paul Newman, en un papel decisivo pero eclipsado debido a la popularidad de las actrices del momento como Virginia Mayo y Pier Angeli, acabaría renegando hasta el punto de que se llegó a decir que abortaba sus entrevistas si los periodistas le mencionaban “El Cáliz de Plata”.
Razón tenía. Como objeto sacro la película de Saville está muy lejos de lo que “Quo Vadis” (1951) de Mervyn LeRoy aportó al cine religioso. Se caracteriza solamente por su marciana contribución a presentarnos unos decorados geométricos rodados en un gran plató, sin uso de exteriores, hasta tal punto que la Ciudad de Jerusalén se asimila a la colonia lunar de cualquier cinta de Ciencia-Ficción de série B. Practicamente no se perciben localizaciones en exteriores y el pesebre de Victor Saville se rodó en un gran plató gentileza de los estudios. Una adolescente Natalie Wood, con llamativo pelo rubio, interpreta a la joven esclava Helena.
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25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
De cartón piedra
3 de junio de 2014
Hoy he comprendido por qué Paul Newman renegaba de esta película. Es bastante mala en todos los aspectos, pero sobre todo tiene los peores decorados que he visto nunca: tal como se comenta en otra de las críticas, en algunos momentos da la sensación de que en lugar de una película de romanos se esté viendo una película de ciencia ficción ambientada en una ciudad extraterrestre, por lo geométrico, homogéneo, acartonado y minimalista que es todo. Es que ni tan siquiera cuando se asoman por una ventana parece que esta sea real, tan solo un agujero con forma cuadrada en una pared de cartón. Debió de hacerse con un presupuesto muy bajo, pues, si no, no se comprende por qué no se esmeraron un poco más en hacer una ambientación más creíble. Acabo de ver que estuvo nominada a la mejor fotografía, y me resulta incomprensible, porque, a mi parecer, no tiene nada destacable, es más bien gris y tristona. La escenografía es también pésima, sobre todo, cuando se quiere mostrar una muchedumbre de personas, resulta todo muy forzado, muy poco natural. Tampoco saca una buena interpretación de los actores, siendo, quizás, la de Virginia Mayo la única que se podría salvar. No obstante, en algunos momentos la película parece remontar un poco el vuelo y despertar un mínimo interés, pero no, en general, no se mantiene a flote. Nada que ver con otras pelis de romanos de la época.
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16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
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