Estación seca (Daratt) (2006)

Película con una preciosa fotografía donde destacan los colores brillantes sobre fondo ocre, dándole una gran belleza a un paisaje tan árido como el que nos retrata.
Asistimos al final de la guerra civil del Chad en África y a un tema universal como es el del perdón y la venganza.
Sin duda una película que nos plantea un dilema moral con el que seguramente tuvieron que convivir muchas personas, tras ver como miembros de sus familias eran asesinados por personas que permanecían en total impunidad.
Surgen muchos interrogantes viendo este film: ¿Es posible perdonar a alguien que ha matado a tu padre si ves que esa persona se ha ido redimiendo después y no parece el mismo de antes? ¿Qué es exactamente perdonar? ¿Qué se logra con la venganza o qué con el perdón? ¿Cómo se puede pasar página ante un hecho tan grave como este y seguir viviendo?
Interesante film, si acaso un poco lento, pero la calma se respira en el caluroso ambiente.

Mientras haya quienes mantienen la ilusión por hacer cine incluso en lugares tan castigados por la pobreza y la guerra como el Chad, estamos salvados. Cualquier cinéfilo estará de enhorabuena sabiendo que hay quienes empujan, hay quienes se ponen detrás de la cámara para contar una historia, a miles de kilómetros de Hollywood y de Francia. "Daratt" no es una obra maestra desde luego, pero merece mucho la pena.

Los ojos que la vean deberían conocer un poco de la historia del Chad y de su ciudad más importante y capital, Yamena, que en el siglo actual sufrió un saqueo tal y como ocurría hace siglos. Arrasados por la pobreza y las guerras civiles, tal cual. Y sin embargo, gracias a la inyección de capital francés, belga y austríaco, somos testigos de escenas muy especiales filmadas en exteriores, todas con el foco de atención en un protagonista que se mueve sólo por la intención de perpetrar una venganza familiar. La extraña relación que nace entre el panadero y el aprendiz es el núcleo de la historia y del guión, pero para nada es lo único interesante.

A mí me ha sorprendido la cantidad de detalles que sirven para describir una sociedad urbana que se empeña en tirar para adelante pese a sus duras circunstancias, rodeados de calles sucias y con unas expectativas de futuro muy distintas a las de occidente. Y lo que más me ha gustado, lo que más me ha conmovido, es que el director no mueve la cámara con el tembleque típico del cine contemporáneo: apenas usa ese temblor que se ha convertido en imprescindible y que se introduce incluso las escenas de calma y sosiego. En "Daratt" la cámara no tiembla, algo definitivamente maravilloso.

Así que Chad existe, estamos salvados. Mientras se quiera hacer cine allí estamos salvados. Además desde ese 2006 han habido más títulos, de manera que podemos estar tranquilos...