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The Medal (1980)

Sinopsis
El Cabo Adalbert Hoferik cubre la retirada de su unidad que se encuentra atrincherada por el fuego de la artillería rusa en la Primera Guerra Mundial y es condecorado con la medalla Signum Laudis, medalla importante del Imperio Austro-Húngaro y que sólo es otorgada para oficiales de alto rango. Los comandantes no pueden cumplir con el idealismo que han personificado en Hoferik y deciden hacerle un Consejo de Guerra. "Signum Laudis" es un ensayo narrativo sobre la militarización del alma, la tragedia de Hoferik es la suma de su entorno manipulador, él no es más que un obediente ejecutor de las órdenes de sus superiores. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Bélico I Guerra Mundial
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Checoslovaquia Checoslovaquia
Título original:
Signum Laudis
Duración
84 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Premios
1980: Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary: Premio Especial del Jurado
9
La guerra no es de nadie
Signum Laudis fue una condecoración militar del Imperio Austro-Húngaro entregada únicamente a altos mandos generales. En este filme dirigido por el esloveno Martin Hollý, esta idea se salta debido a intereses militares en medio del conflicto de la I Guerra Mundial.

El protagonista de la película es el cabo Hoferik (Vlado Müller), a quién vemos en la primera secuencia del largometraje dirigir a un grupo de soldados entre trincheras en busca de asegurar una posición. Debe liderarlos no porque sus capacidades sean las idóneas, sino porque no hay nadie más quien tome el mando.

Este logro en combate marcará el devenir de la historia y su protagonista, para bien y para mal se vuelve un estigma con el que debe cargar, es condecorado por su supuesta valentía y coraje, aunque los motivos para su premio van más por otro lado.

La desesperación de los altos mandos militares los hace tomar esa posición, para intentar envalentonar a un ejército que luchaba en algo que sabían estaba perdido. De ahí que la posición que estos generales toman en el cierre del metraje no es de extrañar, a fin de cuentas el sinsentido de la guerra se mueve siempre en medio de grandes intereses.

Ellos no son la carne de cañón, ellos no son los que se exponen a la muerte y los que sacrifican sus vidas, estos generales únicamente mueven piezas de un ajedrez del que no van a salir heridos. Los que si salen lastimados son los soldados, estos que reniegan de la situación de Hoferik, quien cae en una especie de limbo, marginado por sus pares y luego, por sus superiores.

A fin de cuentas el propio Hoferik tampoco muestra mucho interés por estar en el conflicto, lo único que le interesa es volver a sus labores con sus caballos, animales a los cuales venera. Todo su accionar en la guerra se mueve por cuestiones no racionales, de impulsos, de ideas descabelladas.

El filme de 1980 es de nacionalidad checoslovaca, país en el que nace su director, se enmarca temporalmente en la llamada época de “normalización”, que apareció en los años 70s tras la invasión soviética a este país. En este momento la censura no era tan fuerte, sin embargo, ya la explosión vanguardista traída por la Nova Vlná (Nueva ola checoslovaca) de inicios de los 60s queda de lado.

Martin Hollý no es precisamente un director que se considere dentro de este movimiento cinematográfico, su pensamiento fue señalado por su ambigüedad política, yo más bien le llamo desinterés. Esto se ve reflejado en Signum Laudis, película donde no opta por el nacionalismo (eslovaco), o por vanagloriar a su país del momento (Checoslovaquia), sino de forma acertada lo que hace es tirarle duro a la guerra.

La obra se basa en una historia del escritor Vladimír Kalina, quien escribiera el guion junto a Jirí Krizan. Una película checoslovaca, dirigida por un eslovaco, en base a una historia escrita por dos checos, sobre un Imperio (Austria-Hungría) que ya no existe. Ese es el mismo sinsentido de las guerras, eventos “manejados” por unas élites que al final entorpecen la vida de las personas del común.

Filme que pareciera tristemente caer en el olvido, pero que sin duda hay que rescatar, por la gran forma de llevar la bandera antibélica por lo más alto.
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5
Pasable precuela oficiosa de La Cruz de Hierro
Todo el que haya visto La Cruz de Hierro se dará cuenta inmediatamente de que Signum Laudis la imita en gran parte, ya desde el título donde se refiere también a una medalla al valor. El director Martin Holly copia, de forma no muy brillante, el característico estilo visual de Sam Peckinpah en los combates. Actuaciones decentes, escaso presupuesto y un guión normalito que flojea en la parte final, con mensaje antibélico mil veces visto antes y un cabo Hoferik trasunto del cabo Steiner. En resumen, una película pasable que no destaca ni por buena ni por mala y que sólo recomendaría a empedernidos aficionados al cine bélico.
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