Fun Bar Karaoke (1997)

En la primera incursión del director Pen-Ek Ratanaruang como director, el genio tailandés derrocha talento en cada escena, reflejando desde el primer fotograma una gran variedad de influencias tanto del cine asiático como del europeo y americano, pero sobre todo, ciertas tendencias propias de la Nueva Ola de Hong Kong.

Leí en alguna parte, que el estilo de Ratanaruang estaba muy influenciado por Tarantino, ese director de culto idolatrado por legiones de fans. ¿Cómo no iba a estar Ratanaruang influenciado por Tarantino si éste a su vez ha sido poderosamente influido por el cine de Hong Kong? Es más, me atrevería a decir, que la mayor influencia de Tarantino es harto sabida por muchos que es Ringo Lam, uno de los grandes directores de la Nueva Ola Hong Kongnesa, -no voy a meterme en el debate de si Tarantino "copió" el estilo de Lam, aunque la película "Reservoir Dogs" es una especie de "copia/remake" del film de Lam "City on Fire", sin mencionar los primeros quince minutos de la película que son descaradamente copiados plano a plano- aunque a la larga, Tarantino ha conseguido ser dueño de un estilo propio y personal. Pero no voy a hablar de Tarantino, sólo quería dejar constancia de la tremenda influencia -en muchos casos, desconocida por parte del público general- que ha tenido el cine de Hong Kong en todo el cine asiático oriental -y en ocasiones, en el estadounidense-.

Volviendo a la película, Ratanaruang sabe perfectamente cómo contar la historia que tiene en mente y cómo moverse con la cámara para contarla. Destacaría, especialmente, la importancia que tienen el zoom y los primeros y primerísimos planos, junto a la cuidada fotografía de Chankit Chamnivikaipong, director y fiel trabajador quien ha trabajado solo en todas las películas de Ratanaruang, excepto en "Invisible Waves" -donde Christopher Doyle ejerció como tal realizando una exquisita y extraordinaria labor-.

Pu, la protagonista de la historia, es una joven de veinticuatro años que se siente sola, pues aunque vive con su padre, éste tiene un estilo de vida similar al de un playboy, asistiendo a karaokes tailandeses a emborracharse, buscando agradables compañías femeninas y metiéndose en líos. La joven, tiene todos los días unos extraños sueños y teme que a la larga caiga algún tipo de desgracia sobre alguien cercano a ella, por lo que estará atenta a las consecuencias del comportamiento de su padre.

Siempre me apena conocer que la mayoría de los actores que participan en este tipo de películas asiáticas son "no profesionales", personas normales y corrientes que no vuelven a trabajar en más películas. Y me entristece por la manera en la que siempre portan sus respectivos personajes, por sus físicos, sus gestos, sus miradas, su sencillez...

En todas las escenas -incluso en aquellas en las que impera el silencio- la música está presente; música rock típica de las películas de acción, ambiental-experimental, tailandesa... desde los momentos de karaoke hasta un exótico y feliz momento en la playa de Bangkok.

Esperemos que Ratanaruang, junto con el resto de sus compañeros de la nueva oleada tailandesa -Weerasethakul, Suwichakornpong, Sasanatieng, Nimibutr, Assarat & Co.- sigan deleitándonos durante muchos años con el mágico cine tailandés.