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Duerme, duerme, mi amor (1975)

Duerme, duerme, mi amor
90 min.
5,7
482
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Sinopsis
Mario y Amparo son una pareja que sufre una gran crisis conyugal durante la mudanza al nuevo piso. Ella no está de acuerdo con el cambio, así que Mario, harto de tantas discusiones, decide suministrarle un fuerte somnífero para 'dormirla' para siempre. De esta manera, tendrá vía libre para conquistar a su atractiva vecina. Pero la realidad supera las previsiones. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Comedia negra
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Duerme, duerme, mi amor
Duración
90 min.
Guion
Fotografía
Compañías
"Insólita comedia negra (...) Pese a no ser muy conocida, encierra todas las constantes del peculiar director Regueiro"
[Diario El País]
6
Cine para estar despierto
Pese a que hoy en día casi nadie recuerda al gran Francisco Regueiro, la reivindicación de su obra como una de las más personales, ácidas, surrealistas y críticas de la historia de nuestro cine se hace casi imprescindible.
Duerme, duerme mi amor, es sin duda una de sus películas más asequibles (ese mismo año realizó la maldita "Las bodas de Blanca", mucho mejor película pero tambien mucho mas inaccesible) por tratar con un humor negro de punzante sorna y mala leche, el tema del hombre dominado por su mujer que solo ve un camino para desahacerse de ella, drogándola por las noches y dedicándose a tontear con su atractiva vecina... Requeiro siempre ha sido un cineasta de buen gusto pese a bordear a veces temas escabrosos o tendentes al exceso, pero en esta ocasión, y quizás influido por el aire vodevilesco y de semi apertura que se respiraba en el cine de la época, el resultado no adquiere la altura de otros trabajos suyos y comete el imperdonable error de dejarse ganar la batalla por la sal gruesa, algunos tics de comedia carpetovetónica hispana y el exceso algo chusco y hortera.
Pese a todo nos encontramos ante una cinta muy interesante, de lo mejor del cine de la época, con impagables interpretaciones, especialmente de la sin par Lali Soldevilla que aquí encontró un vehículo de lucimiento perfecto para su gran talento. Muy difícil de ver hoy en día, títulos como este vienen a demostrar que el cine español de aquella época era bastante mejor que el actual pese a no tener un acabado formal e industrial tan perfecto. Pero en cuestiones de talento ¿donde encontramos alguien como Regueiro hoy en día en nuestro cine? Por eso resulta incomprensible que despues de su excepcional MadreGilda de 1993 no haya vuelto a realizar ninguna película. ¿Es esa una buena manera de cuidar el cine español?
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26 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
De las Grecas a Madama Butterfly
Son el “leit motiv” del film, la música con la que Regueiro, un director muy personal, pero también muy irregular, nos ilustra su visión de la familia en los años 70, una sátira despiadada sobre la sociedad de la época, del absurdo a lo grotesco, de la realidad al romanticismo, del flamenco pasional a la ópera soñadora y romántica. Una tragicomedia urbana sobre un matrimonio imposible de convivir que refleja los traumas, la incomunicación, las pasiones y sueños del español medio, casado y reprimido de entonces. Obsesiones y fantasías eróticas, fetichismo, represión sexual, esperpento, el suicidio y otras incongruencias. Una metáfora sobre la hipocresía del matrimonio, las tribulaciones de un marido compungido e infeliz (J. L. López Vázquez) que se muda a un piso nuevo con Amparo (María José Alfonso), una histérica, frustrada y parásita esposa que no puede perdonar el hecho de que éste no le haya podido proporcionar las comodidades que en su casa materna disfrutaba.

Una suegra a la que nadie quiere, un yerno que busca libertad y equilibrio, un atractiva vecina, Encarna (Lina Canalejas), que viste de luto para evitar que sus vecinos se enteren de que fue abandonada por su esposo; una maruja cotilla (Rafaela Aparicio) y una pareja de recién casados que se pelean sin ningún motivo aparente. Todo ello en una comunidad de pintorescos vecinos, de un costumbrismo mordaz, que el cineasta ha despojado de ropajes suaves y llevaderos para mostrarlos desde el lado más caótico y amargo de esta pretendida comedia coral de imágenes poderosas que entronca con la comedia negra, no olvidemos que el guionista es Manuel Ruiz Castillo, el mismo que escribió “El extraño viaje”.

Los personajes parecen atrapados e incomprendidos, eslabones de una cadena de la cual les resulta imposible desligarse por sí mismos, y más imposible todavía hacerlo con ayuda de los demás, ya que cada uno a su vez, foma parte de la misma cadena y se halla ocupado en su propia liberacion sin conseguirla. De ahí que la expresión menos angustiada del film nos venga de un hombre (Manuel Alexandre) que ha encontrado el modo de suicidarse sin dejar rastro, solución que interesa a nuestro protagonista como marido triste y desgraciado. Pero su falta de valor le limita a dormir a su pareja con tranquilizantes que le permitan recuperar su libertad mientras que ella duerma continuamente. El remedio es dormir y soñar ante la imposibilidad de vivir. Esta particular visión de nuestro entorno está llevada a cabo en el film con absoluta frialdad y equilibrio, con una fuerte y bien suministrada dosis de humor negro, que si bien en principio provoca la risa, va convirtiéndose, conforme avanza la trama, en una desagradable sensación de agobio y soledad. Una película discutible por el universo tan personal del director, pero que la salvan en cierto modo los actores bien elegidos para el casting.
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
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