Rebelde sin casa (1960)

Comedia ligerita que encadena gags, actuaciones musicales y disparates diversos para que G. Valdés despliegue por la pantalla toda su gama de chascarrillos y zarandajas.
La película resulta entretenida y ofrece con generosidad un humor sencillo y sin complicaciones.
Está filmada con buen gusto, con aceptable criterio cinematográfico y permite pasar un rato agradable.
Aunque es verdad que sesenta años después de su estreno no produce en el público el mismo efecto de entonces.