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El tigre de Scotland Yard (1962)

Sinopsis
La película narra las peripecias que promueve un jovencito atontolinado hasta conseguir su nombramiento como agente de Scotland Yard, profesión de su progenitor. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
On the Beat
Duración
106 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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9
¿Demasiado pequeño para ser policía?
Norman Pitkin sueña con ser un gran policía de Scotland Yard como lo fuera su padre, y para lograrlo, está dispuesto a vencer todos los retos que se pongan en su camino. Pero hay un obstáculo que Pitkin no logra vencer: es demasiado bajo de estatura y no cumple, en centímetros, la exigencia de la institución. Le queda pues al obstinado joven, ponerse el uniforme de su padre que le queda “un tanto holgado”… y jugar a ser policía contra el riesgo de ser descubierto como un impostor.

Pitkin se siente muy a gusto llevando a las damas hasta la dirección que buscan, haciendo de árbitro de los niños que juegan en la calle para protegerlos… hasta que llega un momento de “mala suerte” que ratifica el dicho de que “no hay mal que por bien no venga”, y para Norman será la ocasión de oro para demostrar (¿será que puede?) que lo que tiene de chiquito en estatura, lo tiene de grande en eficacia.

Norman Wisdom tiene, en “EL TIGRE DE SCOTLAND YARD”, uno de sus más logrados momentos cinematográficos, con un doble papel que se convertirá en cuatro (véanla y lo entenderán) entrando en una serie de equívocos absolutamente divertidos. El filme desborda ingenio, estupendos gags, enrevesados e hilarantes diálogos, y Wisdom demuestra que es un actor de primera línea que se merece mucha mejor suerte en la historia cinematográfica.

El director Robert Asher, se reúne por tercera vez con su gran comediante Norman Wisdom, y juntos logran una aventura de ritmo trepidante donde se trata de desenmascarar a un truhán italiano que se hace pasar por un afeminado peluquero de señoras, teniendo instalados micrófonos debajo de las sillas para oír todo lo que pueda convenirle relacionado con joyas y todo lo que brille.

Hay secuencias memorables como el suspenso en el Metro o como aquella en que Norman usa unas prótesis para lucir alto de estatura en el examen de ingreso. Desternillante también la aglutinación de la policía al escuchar el reiterado silbato que Pitkin suena animando un partido de fútbol entre chiquilluelos... Y su representación del peluquero Giulio Napolitani ¡inmejorable! tanto cuando es él como cuando Pitkin intenta ser él.

El filme tiene espacio para el enamoramiento, para la “seducción” y otras arandelas, con ¡otra chica! que intenta ahogarse lanzándose al agua. Hay lugar para refrescantes mofas a la autoridad representada por Scotland Yard… y como comedia, resulta redonda del principio hasta el final.

Norman Wisdom es un actor polifacético, un gran comediante y es otro nombre que, desde hace rato, me resulta entrañable.

Título para Latinoamérica: "CAOS EN SCOTLAND YARD"
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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