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La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona (1979)

La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona
80 min.
5,1
306
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Escena (CASTELLANO)
Sinopsis
Durante un espectáculo musical, una pareja se embelesa hasta el punto que ella, enardecida, toma en sus manos el miembro viril de su novio con tanta gracia y donaire que las consecuencias les hicieron famosos, sobre todo al miembro viril... (FILMAFFINITY)
Género
Comedia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona
Duración
80 min.
Guion
Música
Fotografía
Grupos
Adaptaciones de Camilo José Cela
6
Caca culo pedo pís... con un twist
Los motivos escatológicos están presentes en todas las culturas desde hace milenios, pero curiosamente el cine español es bastante reacio a mostrarlos. El humor 'marrón' es un recurso muy efectivo (que le pregunten a Quevedo), pero aparentemente los guionistas, productores y directores españoles son demasiado finos para temas tan vulgares y alejados de la política... Hay excepciones, pero son pocas: un Almodóvar gamberro y que no tenía nada que perder se atrevió a filmar a una actriz meándose encima de otra (Pepi, Luci, Bom, 1980), pero eso fue en un contexto de 'movida' y expansión de las libertades. La historia del Cipote de Archidona es anterior (1979), se desarrolla en un entorno rural poco glamuroso, y no se benefició del tirón que siempre tiene lo alternativo.

Yo conocía la existencia de esta película, claro, pero no la vi hasta que la emitieron hace unos días en TVE. Y tengo que decir que me sorprendió agradablemente, porque no esperaba nada y me encontré con 'algo'. Vista objetivamente, solo es una más de aquellas películas del 'destape', aquellas que se hacían en la segunda mitad de los 70 y que se caracterizaban por plantear situaciones sexuales picantes y mostrar desnudos parciales, básicamente tetas y culos. Hasta ahí todo normal. Pero lo que me sorprendió es que la película tiene un guión, actores estupendos, y está razonablemente bien realizada. El Cipote se deja ver, al contrario de lo que ocurre con la mayoría de las películas de destape, que al espectador actual le suelen resultar insoportables por ser demasiado lejanas psicológicamente.

Tiene mucho mérito montar todo un guión a partir de la simple anécdota de una paja, la verdad. Pero corresponde a los actores el mérito que la película se pueda ver: Josele Román está estupenda, muy creíble en su papel ( y uno entiende por qué Paco León la incluye en Kiki, el amor se hace, 2016). Laly Soldevilla también está genial en esta su última actuación ante las cámaras (murió el mismo año). El pequeño papel de Luis Ciges pierde interés al estar sus diálogos doblados. Rafaela Aparicio muestra una vez más la gigantesca profesional que era, en este caso haciendo de señora mayor experimentada y desinhibida (o sea, con muy poca vergüenza).

La parte menos agradable desde mi punto de vista de esta película son las bromas del final: las supuestas justificaciones científicas, la chufla sobre la supremacía sexual ibérica, los dibujitos de penes, etc. Francamente malo, pero supongo que había que rellenar. La aparición de Camilo J. Cela no creo que aporte nada. Su reivindicación y uso de palabras soeces eran sello de identidad de este señor, algo que impactaba en la España de 1979. En cambio hoy en día... Oh wait! Hoy en día impactan todavía más, en 2016 todo es políticamente correcto. Y Quevedo se revuelve en su tumba.
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11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Épica venérea
Una hora de preparación del acontecimiento señalado, un ratico del Cela hermoso, el final judicial y un epílogo matrimonial, de todo un poco.
El destape en su pleno apogeo, tetas al mogollón, más las gracias literarias de Camilo José al que siempre le gustó mucho lo rijoso, maestro narrador de todo lo escatológico pudendo, humorista dotado para la picaresca sexual española, para un realismo-costumbrista-chusco-erótico-cutre.
El resultado es una simpática bobada, bastante pobre y penosa; ligera y básica en su primitivismo esencial y desprejuiciado.
Lo sexual como chiste atávico, salsa de la vida, reducido a bromas gruesas y groseras y alejado de cualquier consultorio (¡qué miedo!) de sexología; medicina chingona que tanto triunfaría en las décadas posteriores a lose setenta en que se hizo esta película, sería moda, ahora es ya solo cansada y aburrida costumbre, o de cómo transformar la transgresión del pecado en tortuosa medicina, el placer culpable en enfermedad curable, el instinto versus la religión o tirado en el diván. Antes fiesta y chapuza, ahora enfermedad y modernidad.
Celebración de los bajos instintos a través de una recreación indigente y lastimosa, muy naíf y pírrica en la búsqueda del entretenimiento más o menos llevadero.
Está mejor de lo que aparenta, o menos mal de lo que se teme nada más ver el tono y los medios de la película.
Entre Ozores y la Real Academia Española. Del exabrupto al soneto. De la leche, las pajas y los calentones a los versos y los verbos.
Se suele hablar con cierto desprecio, complejo de superioridad mediante, de aquella España cateta y reprimida en la superficie, pero seguramente menos hipócrita y esnob en el fondo que los tiempos actuales. Se nos quitó o cayó o nos cortamos el pelo de la dehesa y nos dejamos a cambio una cabellera rala, blanda y tibia que sigue dando pena pese a su apariencia más maqueada e internacional. En fin, de la plaza del pueblo al gimnasio, de las funciones teatrales con hembras despelotadas al porno abismal de Internet, de lo pueril y casposo al plástico, músculo, depilación, operación...
Un Cuéntame lo que pasó ridículo y verdoso.
Rafaela Aparicio, Algora, Laly Soledvila, Manuel Alexandre, Ciges...
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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