En la mente de un asesino en serie (2010)

Adaptación de "The Last Victim", obra en la que Jason Moss, estudiante de criminalística, relata su experiencia realizando una monografía sobre John Wayne Gacy, célebre asesino en serie conocido popularmente como el payaso asesino.

La película nos relata en un tono bastante íntimo la extraña y enfermiza relación que estos dos personajes reales mantuvieron por correspondencia y por teléfono, cuando Gacy llevaba ya catorce años en la cárcel por el asesinato y violación de 33 chavales a lo largo de los años setenta, siendo esta tan profunda que llegó a afectar seriamente a la forma de ser de Jason Moss.
Se trata de un enfoque bastante particular para un biopic de un asesino en serie, al llevar capturado ya tantos años cuando la película comienza, trayendo así un soplo de aire fresco al género. Esto, unido a las portentosas actuaciones de los dos protagonistas, sobre todo de William Forsythe, que interpreta a Gacy, da como resultado una película muy disfrutable que sin duda enganchará al espectador gracias a la extravagancia de Moss y a la pervertida fuerza seductora de Gacy.

LO MEJOR: Curioso y realista enfoque para la vida de un conocido asesino en serie. Grandes interpretaciones, sobre todo para tratarse de actores de segunda línea. Química entre personajes que solo se ven personalmente en una ocasión.

LO PEOR: Aunque la película nos lo explica rápidamente, tal vez se disfrute más si se conoce de antemano la historia previa del payaso asesino. Muy poco parecido físico entre William Forsythe y John Gacy, aunque esto no afecta para nada a su gran interpretación. La falta de alusión de la correspondencia que Moss mantuvo con otros célebres asesinos como Jeffrey Dahmer o Henry Lee Lucas, entre otros, aunque tal vez no se mencionen porque el propio Moss a lo mejor tampoco lo hace en "The Last Victim".

Terminando de ver “Dear Mr. Gacy” (2010) de Svetozar Ristovski con William Forsythe, Richard Harmon, Jesse Moss, Patrick Gilmore, Andrea Brooks, entre otros. Drama basado en las memorias de Jason Michael Moss, escritas junto a Jeffrey Kottler llamada “The Last Victim: A True-Life Journey Into The Mind Of The Serial Killer” (1999), una crónica de la interacción entre el estudiante universitario Jason Moss, y el objeto de su obsesión, el asesino en serie John Wayne Gacy; pero también vale decir que Moss se correspondió con otros 4 asesinos en serie prominentes en El Corredor de La Muerte: Richard Ramírez, del que investigó sobre cultos satánicos; con Henry Lee Lucas, Jeffrey Dahmer y Charles Manson; y para acceder a ellos, les hablaba de temas de su interés, adoptando el papel de discípulo, admirador, sustituto o víctima potencial según fuese necesario; y según parece, iniciaba sus relaciones a través de correspondencia postal, en un intento por determinar si había más que aprender si uno podía personificar a sus víctimas típicas, o actuar como un ardiente admirador. En la obra se detalla su fascinación y la correspondencia subsiguiente con Gacy, condenado por asesinar a 33 hombres y niños jóvenes, con quien desarrolló la relación más fuerte, ocurrido unos 2 meses antes de la ejecución del asesino; donde Moss creyó que se convirtió en “la última víctima” de Gacy, después de tener una reunión cara a cara en la cárcel, y en esencia, siendo superado psicológicamente por el sociópata manipulador y depravado. Y es que durante un tiempo antes y posterior al encuentro, Moss sufrió pesadillas y acoso psicológico, y sintió que esta desventura le permitió comprender cómo funciona la mente de un asesino para controlar a los vulnerables, y obligarlos a someterse. La película fue producida a raíz del suicidio de Moss; y fue hecha en un formato televisivo/vídeo, pero con mucho suspenso, donde la narración se muestra lineal con algunos “flashbacks”, donde lo interesante es hacer notar aquello de lo que Friedrich Nietzsche hablaba en “Also sprach Zarathustra. Ein Buch für Alle und Keinen” (1883): “Cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti”; por lo que se da un juego de seducción y batalla psicológica, y nos muestra como la fascinación por un personaje cuestionable y manipulador, puede trascender más allá de una celda, e incorporarse en la mente de otra persona, llevando a esta última, a querer recrear historias oscuras, o probar cosas realmente cuestionables, que de otra forma no se le pasarían a uno por la cabeza, si no establece conexiones venenosas, y en el caso que relata la película, incluso peligrosas y mortales. Por ello es curioso ver cómo un estudiante se deja seducir por esa figura maligna, y en cómo desea cruzar senderos tenebrosos, con tal de meterse dentro de la mente de un asesino. El filme tiene a la pareja protagonista, Forsythe y Moss, como único foco de interés, con buena química y profundidad, sobre todo William Forsythe que se come la pantalla con su personaje siniestro; mientras que Jesse Moss, sin relación familiar con Jason, muestra su caída de manera convincente; por tanto estamos frente a la típica película que va mostrando cómo una situación se va enredando y complicando hasta llegar al descontrol total. El tema es que todo eso está bien trabajado, generando situaciones de gran suspenso que te mantendrán atento todo el tiempo; con la ingenuidad del joven que contrasta de manera impecable con la personalidad completamente desquiciada del condenado psicópata, logrando de esta manera, que el ritmo se mantenga siempre muy arriba; y en consecuencia, el filme contiene momentos muy poderosos e inquietantes, donde el clímax será el tan esperado cara a cara en prisión. Pero flaquea en que la película solo está contada según los eventos relatados por Jason Moss, no por Gacy, por lo que se desconocen muchos más detalles de lo que realmente sucedió entre estos 2 hombres, y muchos de los recuentos de ciertos eventos por parte de Moss no pueden ser verificados; supuestamente, prevalecía su interés de labrarse un futuro en el campo de la justicia, aunque en la película nos muestran en más de una ocasión, cómo a pesar de sentir temor por los temas que investigaba, sentía cierto morbo insano por todo ello... De hecho hoy es discutible si Moss estaba explotando las historias escabrosas de estos asesinos, o si contribuía a los estudios de psicología criminal... Así pues, podríamos decir que esta película es un complemento a la ya de por sí macabra vida del asesino John Wayne Gacy, con la novedad de poder conocer los últimos instantes del criminal antes de su ejecución, a través de los ojos de un joven, inquieto e inteligente, que se suicidó a los 31 años, disparándose un tiro en la cabeza en su casa de Henderson, Nevada, en la mañana del 6 de junio de 2006, posiblemente como resultado de la depresión que padecía; y se ha especulado si la fecha de suicidio escogida, 6/6/06; similar al número 666 que en El Apocalipsis se asocia con Satanás, pudiese tener algún significado. Pera toda esta historia se merece una mejor y profunda producción, que lo vale. “¿Le escribirías a un asesino en serie?” Es claro que mucha gente sí lo ha hecho.
RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas
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