Cenizas bajo el sol (1958)

Acabo de conseguir ver este filme, casi desconocido y bien difícil de hallar en cualquier medio. Y lo he logrado, como todo el mundo sabe, por el medio más popular que hoy en día hay para la población mundial de ver películas de todo género, año o descosificadas. Benditos sean los inventos del gran siglo de la invención en la historia de la Humanidad: el siglo XX.

Me ha encantado la historia que cuenta sobre un trío amoroso, dos hombres y una mujer en la Francia de la II G.M.

La mujer, preciosa joven (Natalie Wood) y los hombres, un oficial y un sargento (Frank Sinatra y Tony Curtis) del ejército de los EE.UU. liberando la Francia ocupada por los alemanes.

El primero se enamora de la joven, pero como él mismo confiesa nunca fue un buen partido, de ahí que haya llegado a una edad madura sin unirse a ninguna mujer: no suscita interés sensual en ellas; su sino es el del hombre que ama pero suele ser rechazado, del hombre al que las mujeres sólo desean como amigo, no como macho amante. El segundo, un joven y guapo sargento, es todo lo contrario: cautivador, explosivo, simpático, atrevido; así, nada más verlo, la muchacha se queda prendada de él.

La película presenta dos tesis:

La 1ª es tan vieja como las relaciones entre hombres y mujeres: ¿por qué será que los hombres buenos no le gustan como amantes a las mujeres y en cambio a más golfos, malvados y sinvergüenzas son los hombres, más se quedan prendadas y enamoraditas perdidas de ellos? Por su puesto, luego pasa lo que pasa, pero hasta que llega el tiempo de las decepciones, ¡qué le quiten a ellas lo bailado, la pasión y el goce sentidos, experimentados con dichos rufianes!

La 2ª es sobre el racismo imperante en la primera parte del siglo XX entre la gente blanca de los EE.UU. hacia las personas de raza negra; en concreto sobre el recelo que producía el que un hombre blanco entablase una relación seria y responsable de amor con una mujer negra o descendiente de progenitor negro.

En verdad esta película en blanco y negro resulta sabrosa de contemplar, muy delicada, atractiva, espléndida en su desarrollo. Muy recomendable.

A punto de finalizar la Segunda Guerra Mundial, los aliados combaten para acabar con los últimos reductos de los alemanes en territorio francés. El teniente Loggins comenzará a cortejar a la guapa Monique en cada uno de sus permisos.
Siempre es difícil mezclar los géneros y, si además, el director (Delmer Daves) es un buen especialista en alguno de ellos, el resultado suele ser una película que cojea bastante. Daves dominaba la acción (bélica, western) y se le nota ritmo y mano firme en las escenas de guerra. Sin embargo, las secuencias de amor son demasiado ñoñas, convencionales y sin garra. También los diálogos de estas escenas resultan bastante patéticos, simplones y horrorosamente típicos. Y es una pena porque se parte de un argumento interesante.
La película también cojea en cuanto a la interpretación. Sinatra no da la talla y Curtis se lo come con patatas. Natalie Wood está más que correcta pero Leora Dana -con 35 años- resulta demasiado joven y guapa para ser su madre.