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Kado: The Right Answer (Serie de TV) (2017)

Kado: The Right Answer (Serie de TV)
22 min.
6,6
26
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Disponible en:
Suscripción
Sinopsis
Género
Serie de TV Animación Ciencia ficción Drama
Dirección
Reparto
Animación
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Seikai Suru Kado
Duración
22 min.
Guion
Música
Fotografía
Animación
Compañías
6
Tuvo sus momentos
Hay algo especial en el primer anime del año que se visiona, y es que tanto si se trata de una serie muy buena o muy mala esa siempre será la primera impresión, el foco con el que compararemos los siguientes que vengan. 2016 trajo al mundo series como Re:Zero, Yuri on Ice y Mahou Shoujo Ikusei Keikaku y solo por eso consideré que el pasado año se cerró con un balance notablemente positivo; aún así de un tiempo a ésta parte no dejo de tener la impresión de que ese plus de calidad en los animes que mantenía a sus seguidores fijos en la pantalla se está perdiendo, desaparece poco a poco. Suele suceder en el mundo del arte: cuando la demanda entra por la puerta, la calidad sale por la ventana. En otras palabras, para complacer a un público cada vez mayor se sacrifica la singularidad por un afán mercantil.

Curiosamente ese no es el caso de Seikaisuru Kado. Es posible que esté equivocada pero no he encontrado en ésta serie, ni en su argumento ni en sus personajes ni siquiera en su desarrollo nada que me recuerde a un anime anterior, ninguna fuente en la que parezca haberse inspirado. Nadie podrá decir de ésta serie que fue creada para agradar al gran público. Es original y muy diferente a los últimos animes que he visto, pero por desgracia eso es lo mejor que puedo decir de ella.

Todos hemos visto decenas de películas americanas en las que un ser de otro planeta aparece en nuestro mundo con el propósito de entablar contacto con la raza humana, con mejores o peores resultados; pero hasta donde yo sé muy pocos animes se han centrado en éste tema: en el impacto social que provocaría la aparición de una especie extraterrestre en nuestro mundo, aunque aparentemente no hicieran nada (vease La llegada, con una virtuosa Amy Adams). ¿Cómo no iba a intrigarme una serie cuyo argumento cita que un ser de otro universo aparece en un aeropuerto de Japón dentro de un cubo gigante de material totalmente desconocido?

Tras un primer capítulo sumamente emocionante e intenso las esperanzas prometían una historia profunda e inteligente, quizás con un trasfondo filosófico, político o sociológico. Pero el resultado es un anime muy mediocre que a pesar de todos sus mensajes (principalmente patrióticos) finalmente se define como una serie sin sustancia. Es especialmente triste, porque poseía cualidades para ser un anime que permaneciera en la memoria, aunque sólo fuera por su originalidad. El desarrollo es relativamente lento para una serie de tan sólo doce capítulos, pero dada la complejidad del argumento ésta característica me parecía bastante aceptable, atractiva incluso. Sin apenas acción, la historia focaliza en las reacciones humanas ante la aparición de éste maravilloso ser cuyas verdaderas intenciones no nos son desveladas hasta el penúltimo capítulo. Y ahí radica el gran problema de Seikaisuru Kado: que su desenlace es tan abrupto y desagradable que de un plumazo desmerece todo el camino recorrido hasta entonces. Un camino quizás algo lento y parco de emoción, pero muy interesante y digno. Seikaisuru Kado me ha hecho recordar una realidad de toda historia: tan importante es él desenlace como el nudo.

El argumento nos sitúa en el aeropuerto de Haneda un luminoso y ajetreado día de verano; la gente nerviosa corriendo de aquí para allá, los pilotos de buen humor se preparan para otro vuelo tranquilo y agradable, solicitan permiso para el despegue, el avión se dirige a la pista. Entonces aparece un extraño objeto que rápidamente comienza a crecer en el aire, y desciende hacia la tierra mientras todos los ojos cercanos están fijos en él: un cubo gigante. Los más asombrados son los pasajeros y la tripulación del vuelo que estaba a punto despegar, que ven cómo un titánico cubo que se materializó de la nada crece y desciende peligrosamente sobre ellos, para finalmente caer sobre ellos, envolviendolos en una extraña materia que los absorbe. La noticia pronto se hace viral. Todos se preguntan cómo ha ido a caer en Haneda un extraño cubo de dos kilómetros cuadrados, qué es y, sobre todo, porqué ha venido. Los altos mandatarios por el contrario centran su prioridad en descubrir el estado de las personas dentro del avión, aparentemente sepultado por el objeto extraterrestre. Todo es confusión y desconcierto. De pronto sobre la cima del cubo emerge Shindo Kojiro, negociador del gobierno de Japón y uno de los pasajeros desaparecidos que hace la presentación de la criatura que aparece tras él: Yahakui Sashunina, un ente que dice desear entablar contacto con el gobierno japonés. Tras asegurar que ningún ser humano ha sufrido daño alguno cuando el cubo (a quien Yahakui Sashunina denomina “Kado”) cayó sobre el avión, ambos vuelven dentro de Kado dándole al gobierno japonés tres horas para preparar una reunión en la que Sashunina explicará la razón de su llegada.

Tal y como lo he escrito suena majestuoso e interesante, de hecho lo es. Seikaisuru Kado pronto pone las cartas sobre la mesa generando misterio por sí misma aunque tal y como he dicho no existe drama alguno, tan solo la expectativa por descubrir el auténtico propósito de Yahakui Sashunina y el observar cómo reaccionarán los personajes, la gente, ante el ser extraterrestre que dice haber venido para ayudar a que la humanidad prospere. El misterio que desarrolla el anime es una sola pregunta que, eso hay que valorarlo, se mantiene en pie a lo largo de toda la serie: ¿Es amigo o enemigo?

La natural desconfianza generada se enrarece cuando Yahakui Sashunina entrega al gobierno japonés y ante cámaras de todo el mundo el Wam, una fuente de energía inagotable. Y más adelante, cuando presionados (amenazados) por la ONU el gobierno nipón debe entregar el milagroso objeto por el supuesto balance mundial, Yahakui Sashunina vuelve a alterar el equilibrio de poderes al mostrar cómo crear un Wam, de tal modo que cualquier persona, en cualquier parte del mundo, puede hacerlo. Tan sólo es el principio.

(Sigue en spoiler)
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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