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Tomie: Re-birth (2001)

Tomie: Re-birth
101 min.
5,0
37
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Película completa (JAPONÉS con subtítulos en INGLÉS)
Sinopsis
Un artista pinta un retrato a su novia Tomie y en un ataque de furia y celos, la asesina al rechazarle el retrato. Dos amigos lo ayudan a enterrarla. Tomie, que no muere, se presenta en una fiesta ante su novio y éste se suicida en el baño. La madre de uno de los amigos intenta matarla y a continuación quema su cabeza, que ya ha comenzado a regenerarse. La novia del amigo es poseída por Tomie y se enfrenta a ella. La chica no quiere convertirse en un monstruo, por lo que decide suicidarse, pero una segunda cabeza le está creciendo al lado del cuello. (FILMAFFINITY)
Género
Terror Manga J-Horror Secuela Live-Action
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Tomie: Re-birth (Tomie 4: Re-birth)
Duración
101 min.
Guion
Música
Fotografía
Grupos
Tomie Adaptaciones de Junji Ito
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3
No es el Shimizu que esperas
Una película interesante al principio, pero que acaba teniendo un desarrollo más típico de un telefilm de tarde. La producción tampoco ayuda a sacudirse ese tufillo a producción amateur que rodea a esta película de J-Horror que, sin meterse demasiado en "fantasmadas", acaba siendo de lo más tópica.

También es cierto que mi contexto es nulo, y mi relación con Tomie se centra exclusivamente en esta película. El hecho de que Takashi Shimizu, mi director de terror japonés favorito, estuviera detrás, fue razón suficiente para ponerme a verla. La verdad es que encontré algunas secuencias que me recordaron a La Maldición, pero desde luego sin el más mínimo atisbo de espanto en comparación.

Algo fácil de ver, pero muy poco inspirada. No sé si dentro de la saga tendrá más peso, pero como visionado anecdótico desde luego que no.
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3
El retrato de Tomie Kawakami
¿Os creíais que Jason Vorhees o Freddy Krueger eran los únicos asesinos que regresaban de la tumba una y otra vez para proseguir con su sed de sangre?

Nada más lejos de la realidad, porque aquí está otra vez, y para deleite de sus fans (si es que hubiere alguno), Tomie Kawakami, la joven cuya existencia nunca termina, más viva que nunca y lista para seguir sembrando el caos. Pues nada, como aquellas interminables sagas de asesinos en serie salidos del Infierno que adornaron buena parte de la década de los '80, donde destacaron especialmente los dos que he nombrado al comienzo de esta crítica, la saga de "Tomie" se ha ido extendiendo sin remedio y sin control.
Es algo bastante lógico teniendo en cuenta el empuje que "The Ring", de Hideo Nakata, le dio al género del horror japonés, cuyo éxito no sólo generó una franquicia, sino que influyó a la creación de otras muchas. En 1.999, cuando Sadako Yamamura empezaba a consagrarse y entraba en escena la Kayako Takeo de Takashi Shimizu por medio del mercado del vídeo, el director Ataru Oikawa decidió llevar a la gran pantalla las aventuras de Tomie, la protagonista del manga de culto que Junji Ito comenzara a finales de los '80.

Aquella primera película, con una historia que más bien continuaba los hechos del cómic original, se revelaba tan confusa, extraña e ilógica que intentar comprenderla era un mero ejercicio de futilidad. Ya fuera por su inquietante atmósfera, por sus indescifrables claves o por la sobrecogedora presencia de Miho Kanno, quien daba vida a Tomie (la mejor con diferencia de todas las actrices que han interpretado al personaje), el film de horror y suspense de Oikawa resultaba interesante de ver...y ese fue el principio del fin. "Tomie" cosechó cierto éxito entre los fans del manga y del "j-horror" y ello dio pie a una saga que fue degenerando paulatinamente, con cada entrega siendo más inexplicable y mediocre que la anterior (bueno, se salva "Replay").
Ahora, un joven artista llamado Hideo es el novio actual de Tomie. El chaval, que no parece estar en sus cabales, tras ver rechazado su retrato de la muchacha por ella misma, la asesina en un estallido de cólera; en el fregado se acaban metiendo dos amigos suyos, Takumi y Shunichi, un par de energúmenos que le ayudan a enterrar el cuerpo e intentan olvidarse del asunto tan ricamente (bueno, como si hubieran hecho una excursión al bosque). ¡Craso error!, porque Tomie guarda un oscuro secreto: es inmortal, y su cometido, al igual que el de los lemures en la mitología romana, es atormentar a los vivos, concretamente a aquellos que pretendieron matarla.

Tras esas dos partes de "Ju-on" directas a vídeo, Takashi Shimizu se tomaba un descanso de su Kayako y rindió tributo al manga de Ito (el director se influenció de él para "Ju-on"), interesándose en dirigir la cuarta entrega de la saga de Tomie, que vendría después de "Another Face", la serie de televisión que acabó unida en un largometraje, y "Replay". "Re-birth" no respeta orden de continuidad y se presenta como una historia completamente nueva donde la chica que no muere persigue a los que la han asesinado, primero seduciéndoles, luego envenenándoles y finalmente arrastrándoles a la muerte, aunque también la vemos tomando posesión de otras mujeres a través de su retrato o de objetos que le pertenecen.
El talento de Shimizu para imbuirnos en terroríficas atmósferas llenas de extrañeza se ha mantenido a la perfección en cada una de sus obras; esto no se pierde en "Re-birth", y para corroborarlo ahí tenemos perturbadoras secuencias como en la que Shunichi y su madre descuartizan el cuerpo de Tomie (más propia de una película de Miike) o cuando vemos la cabeza de ésta arrastrándose hacia Shunichi. Por desgracia, ese talento se pone al servicio de una trama con aires de telefilm donde el sentido brilla por su ausencia y en la que comprender qué sucede es lo de menos.

Takumi pregunta "¿por qué Hitomi se convertiría en Tomie?", Shunichi le responde "eso no importa"...con ello queda explicada la esencia del argumento. Para colmo, la Tomie de "Re-birth" poco tiene que ver con la de la primera parte; es detestable, su mirada no aterroriza, pone nervioso, y su chirriante risa produce dolor de cabeza, lo que hace que Miki Sakai se gane mi repulsión del mismo modo que su personaje se gana la de los demás.
Una cosa está clara: como Miho Kanno no hay ninguna. El trío de actores Shugo Oshinari, Satoshi Tsumabuki y Masaya Kikawada no destaca por sus dotes interpretativas; además, sus personajes son ridículos: les ocurre algo extraño y, o bien no dicen nada, o bien no les importa. La única decente es Yutaka Nakajima, que da vida a la madre de Shunichi.

En fin, otra historieta más de la chica inmortal con devenires hacia el drama juvenil y familiar, un mensaje feminista de lo más ambiguo y adornada con un puñado de secuencias la mar de desagradables y violentas que si me atreví a ver fue porque figuraba el nombre de Shimizu en los créditos.
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