Las gatas tienen frío (1970)

Es una comedia con elementos melodramáticos que narra las anécdotas sentimentales de tres mujeres que viven en la misma casa. Los fondos musicales juegan un importante papel y a ellos se debe parte del encanto que tiene la película, un encanto difícil de pormenorizar con palabras pero que se nota rápidamente. La labor musical de Antonio Pérez Olea fue estupenda. Este músico ya habia demostrado anteriormente tener una gran inspiración. El guión sin embargo es muy irregular porque en él se alternan diálogos de gran brillantez con diálogos poco afortunados que dan pie a un tono fastidioso en algunas escenas. La obra es un retrato amable de la mujer española de aquel momento y tiene las connotaciones estéticas y conceptuales propias de una producción española de finales de los 60 pero no por ello cae en tópicos y si alguna vez cae en ellos son tópicos ya asimilados por el aficionado al cine español y que incluso pueden agradar. La labor de los intérpretes es acertada aunque no todos los personajes están trazados con la misma inteligencia y esto determina el tono de la interpretación pero sólo en algunos casos. La interpretación de María Asquerino es maravillosa y su personaje es entrañable. Teresa Rabal y María Luisa San José también ponen lo mejor de si mismas en sus papeles. Es una película que representa un entretenimiento digno. Hay en ella gracia en el trazado de la mayoría de los personajes, un tono personal e incluso a veces cierta sutileza. Agrada.