Jabberwocky (C) (1971)

Es realmente difícil de ver a veces a Svankmajer y de intentar entenderlo pero es fácil de disfrutarlo.
La base para empezar a verlo es no intentar entender lo que pasa a su alrededor porque no es un mundo de locos, al contrario, todo en Svankmajer está genial pensado sobre todo cuando se hacen las cosas tan al detalle como las hace él, le encanta grabar detalles de objetos o personas pero lo que pasa es que va todo tan rápido que uno no es capaz de entenderlo todo muy bien.

Svankmajer estaba buscando su estilo y aquí ya lo tenía logrado y bien trabajo pues la técnica del Stop Motion es impecable, los movimientos de los objetos están genialmente cuidados y trabajados.

Ahora llega mi opinión personal, un poco me ha aburrido, después de ocho minutos o quizás antes, ya no se ve nada nuevo, es repetir lo mismo y lo mismo pero da pena decir algo así pues cada escena lleva un trabajo increíble pero el conjunto resulta todo muy parecido y repetitivo.

Hay otros cortos del mismo estilo que varían un poco más y es algo mucho más diferente.
Pero nadie puede negar que el gran maestro del Stop Motion es uno y ese es el gran maestro checo.

Justo como el poema, Svankmajer nos sumerge en ese mundo desordenado y aparentemente sin sentido, de su perfección en stop motion.. El orden dentro del desorden.. Un mundo infantil e inocente mezclado siempre con la destrucción y la perturbación. Los elementos en Svankmajer siempre parecen tener mucha naturalidad, como si el orden lógico de las cosas, fuera que las hojas de papel se hicieran aviones ellas mismas y escaparan por la ventana. El cortometraje y el poema de Carrol, tienen en común que su forma parece ser algo absurdo, sus componentes lo son, las palabras en el poema no existen, así como las escenas del corto son más surrealistas que nada.. Y aunque nos sea difícil identificar los elementos y relacionarlos con nuestra realidad, es evidente que tanto el poema como el cortometraje, son una exaltación de la libertad. Una oda contra la destrucción y la represión, pero que termina por sugerirnos que las cosas se tornan sobrias, todo acaba por "madurar" y perder la ilusión infantil.