La chica no puede remediarlo (1956)

Medio musical más que interesante, un agradable descubrimiento, camino de la comedia romántica mantiene el encanto que promete con las revoluciones que Jerri va imprimiendo, a su paso, por salas de fiesta y por la calle incluso. Jerri, Jayne Mansfield, es una chica de otro planeta, de las comedias americanas, piernas kilométricas, con el pelo platino, cintura de avispa, sujetador en pico, un par de buenos pulmones y un caminar que atonta.

Con la aparición de Julie London, en el bar, cantando a su antiguo manager que lloró ríos de lágrimas por él, hace pensar en una película injustamente olvidada y una buena propuesta para descubrir. Ahora Tom Ewell es el manager de Jerri, la chica de Edmond O´Brien, Murdock, El Rey de las Tragaperras, alias El gordo, antes El flaco, y éste no va a dejar de vigilar a su chica porque es la bomba.

Buenos momentos con proliferación de música rock a billy. Una historia romántica, ligera y aceptable con buen ritmo, a la que se le podía haber puesto un poco más de lo que fuera cuando llega el amor. Final teatral muy característico del género para colofón de la obra.

Floja comedia que merece la pena ver por dos razones; la presencia de la despampanante y voluptuosa Jayne Mansfield y para los aficionados del cine-rock con las actuaciones de un elenco insuperable en la banda sonora: Little Richard, Fats Domino, Gene Vincent, The Platters, Eddie Cochran, etc. Tom Ewell tiene un papel muy cercano al que hace en La tentación vive arriba de Billy Wilder.