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Black Mirror: Striking Vipers (TV)

Ciencia ficción. Drama. Romance Cuando Danny y Karl, dos antiguos amigos de la universidad, se reencuentran en un juego de realidad virtual, sus partidas nocturnas tendrán consecuencias inesperadas. (FILMAFFINITY)
San Junipero sólo hay uno
Charlie Brooker se ha erigido como uno de los grandes cronistas de nuestra época. Con "Black Mirror", ha sabido radiografiar de forma brillante algunos de los posibles peligros a los que nos enfrentamos no sólo en el plano tecnológico, sino el humano. Y con "Striking Vipers" trabaja con ese mismo material, lanzando una pregunta sencilla pero de difícil respuesta: ¿Seguimos siendo nosotros mismos cuando accedemos a un entorno virtual? ¿Es lo que representamos lo que sentimos o sólo un papel que nos gusta desempeñar?

La idea del primer episodio de esta quinta temporada es muy buena, al menos sobre el papel. El problema es que se queda corta y todas sus cartas se ponen sobre la mesa demasiado rápido, lo que lleva a que durante sus 60 minutos de duración no haya espacio para el aburrimiento, aunque sí sea fácil darse cuenta de que cae de forma evidente en la reiteración. Pero esto es Black Mirror, por lo que las recompensas terminan llegando en un, no por esperable, menos eficaz giro sorprendente al final.



Detrás de las cámaras encontramos a uno de los mejores realizadores de la serie, Owen Harris, autor de episodios magníficos como "Ahora mismo vuelvo" pero sobre todo "San Junipero". "Striking Vipers" parece regresar a ese mismo territorio, ahondando en los límites de la sexualidad -o mejor dicho, la ruptura de los mismos- en favor de la búsqueda de la propia identidad. Lo hace presentando a dos mejores amigos, Danny y Karl, que tras once años sin verse vuelven a coincidir en una fiesta y deciden jugar a la nueva versión de unos de sus videojuegos favoritos. Esta vez en realidad virtual, lo que llevará a una situación inesperada en la que un 'bromance' fortuito cobra protagonismo.

No sería un "problema" de no ser porque Danny está casado, tiene un hijo y busca un nuevo retoño con su mujer, Theo. Sobre el papel era una magnífica idea. ¿Qué harán Ryu, Ken o Chun-Li de Street Fighter cuando soltamos los mandos del juego? Lo que Disney exploró en "Rompe Ralph" se pone ahora en manos del propio usuario, que podrá utilizar el avatar de juego para despertar sus fantasías inconfesables. A menos que, por supuesto, estas terminen también por aflorar en el por así llamarlo mundo real. Harris entiende que el tono del episodio debe ser cercano, casi íntimo, y no se excede en nada más allá de lo que plantea la premisa, una obra que se sustenta en apenas tres actores principales; o cinco, si contamos los avatares del juego.



"Striking Vipers" es un episodio correcto, que plantea las preguntas adecuadas, pero al que quizá le falta algo de ese ADN Black Mirror que tanto nos gusta. Una muy buena idea, ejecutada con corrección pero sin verdadero riesgo. Comparado con otros inicio de temporada, como "El himno nacional", "Caída en picado" o "Ahora mismo vuelvo", desde luego sabe a poco, lo cuál lleva a hacer una reflexión: ¿Le pedimos demasiado a Brooker y su equipo, nos han acostumbrado mal todos estos años? Porque en el fondo, la única evidencia es la siguiente: si esto no se llamase 'Black Mirror' y perteneciera a alguna otra serie, en la que no se compararía con lo que se la compara, "Stricking Vipers" sería con casi total seguridad una de las historias destacadas.
Escrita por Pablo González Taboada (FilmAffinity)
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