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Anima (Vídeo musical)

Musical Un hombre cae dormido en un vagón del metro, lo que le hace despertar en un mundo surrealista, distópico, en el que el comportamiento errático de la gente combina musicalidad con automatismo... Cortometraje musical dirigido por Paul Thomas Anderson, compuesto y protagonizado por Thom Yorke, líder de la banda británica Radiohead. Rodado en Praga y Les Baux-de-Provence, incluye tres temas del disco homónimo de Yorke: “Not the News”, ... [+]
Entre el sueño y la realidad
En 2016, Paul Thomas Anderson dirigió "Daydream" para Radiohead. En aquel trabajo, Thom Yorke exploraba múltiples puertas hasta llegar a una montaña en la que encontraba cobijo cerca del fuego; era una obra repleta de riqueza visual, de elementos quizá ocultos en un primer vistazo, pero con una simbología que abarcaba desde el peso de la maternidad, la naturaleza, el sentimiento que despierta el amor y la ruptura de éste y cualquier otra lectura que pudiera entenderse como posible.

No es sorprendente que para su nuevo disco Thom Yorke haya vuelto a contar con el realizador de "There Will Be Blood" o "Phantom Thread" para dar luz a "Anima", un cortometraje musical, o un videoclip extendido entendido de la mejor de las maneras posibles: como una pieza artistica en la que la música y la imagen respiran al unísono, creando una extraña sensación de inmersión en territorio onírico, donde las texturas tienen tanto peso como las sombras, los cuerpos y los rostros.



Si "Daydream" comenzaba con un hombre bajando hacia un garaje, dibujándose su cuerpo al irse alejando de la luz, el arranque de "Anima" nos lleva a un tren en el que múltiples personas caen presas del sueño. Es en ese momento en el que sus cuerpos comienzan a convulsionar, dando inicio a una coreografía que cubrirá el primer tercio de la propuesta de Thomas Anderson. Lo importante aquí no es tanto el qué sino el cómo. Buscarle un sentido narrativo está lejos de lo que proponen sus responsables, que es la inmersión total en esa distopia entre el sueño y la realidad.

Lo mejor de "Anima" llega en su tercer acto. Con la liberación de los automatismos del cuerpo, dos personajes se reencuentran en un pasillo y arranca la magia. Las intensas coreografías de Damien Gilet (responsable de las mismas en "Suspiria" de Luca Guadagnino) pierden importancia y la cobra el uso de la luz, el color, y las sombras, en una microhistoria de amor que remite a la maravillosa "Les amants du Pont-Neuf" de Leos Carax, sazonada con el siempre glorioso trabajo de Darius Khondji como director de fotografía.



Puede que "Anima" sea un encargo, un producto facturado como promoción de las nuevas canciones de Thom Yorke, pero por lo que destaca es porque se ha enfocado desde la perspectiva correcta: como una oportunidad para dar imágenes a una música que serpentea entre lo real y lo ilusorio, en saber cómo plasmar los tonos y texturas de una voz única, y en entender que quince minutos son suficientes para contar una historia. O para transmitir sensaciones que apelan a eso mismo. ¿Los culpables? Torke y Thomas Anderson, dos nombres que a estas alturas no tienen nada que demostrar pero que siguen haciendo lo que mejor saben hacer: legar, para el futuro, obras de suficiente riqueza como para sobrevivir al paso del tiempo.
Escrita por Pablo González Taboada (FilmAffinity)
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