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Como pez fuera del agua

Comedia Un hombre y una mujer muy diferentes entre sí se conocen debido a que sus hijos se han enamorado. El desencuentro entre ambos será inevitable. Giovanni trabaja para un prestigioso grupo internacional que se propone reurbanizar las periferias en las ciudades italianas. Mónica trabaja como cajera de un supermercardo en uno de los suburbios más poblados de Roma. Dos mundos opuestos condenados a entenderse cuando descubren que sus ... [+]
Amor y conflictos de clase
La salud de la comedia en el cine del nuevo siglo no invita a demasiado optimismo. Más aún cuando se saludan con alharacas películas de la talla de "Como pez fuera del agua", una obra divertida, sí, aseada, de buena factura y que, al menos, intenta no basar su eficacia en la zafiedad y la inmediatez cómica, pero que finalmente está falta de riesgo y de voluntad revulsiva. Su aval de haber reunido a más de dos millones de espectadores en Italia no resulta sorprendente.

Al igual que otras comedias de su misma línea como la celebrada "Intocable", que aún permanece como referente, "Como pez fuera del agua" puede gustar a todo tipo de público, asume una línea popular y aporta una cierta carga crítica que se frena en el momento en el que el espectador pueda sentirse molesto. Aunque también es cierto que lo que en “Intocable” sonaba a calculado, a prefabricado, aquí se desarrolla con una palpable frescura.



El principal interés de "Como pez fuera del agua" recae en que, en algunos momentos, muestra una sorprendente agudeza para plantear que el espectador se ría de sus propias miserias. Pero sin más provocaciones. Algunas críticas han invocado el espíritu de Mario Monicelli, creador de joyas del cine italiano de los años cincuenta y sesenta como "Rufufú", "La gran guerra" o "La armada Brancaleone". Eso son palabras mayores. La crudeza de la comicidad de Monicelli para rastrear en los conflictos sociales está tamizada aquí por la mirada más complaciente de la comedia del nuevo siglo.

La historia de "Como pez fuera del agua" nace de un típico conflicto de contrarios, el encuentro de dos personajes opuestos que chocarán en un principio para acercarse después. Mónica trabaja como cajera en un supermercado de un suburbio de Roma y Giovanni es miembro de una empresa internacional que acomete la reurbanización de las ciudades de la periferia. Ambos no tendrán más remedio que encontrarse, ya que sus hijos han iniciado un romance.

Desde este punto de partida, el director Riccardo Milani propondrá no solo el habitual retrato de personajes, sino que también lanzará una mirada a asuntos como los prejuicios de clase, la exclusión social, la intolerancia y la empatía hacia los desfavorecidos. Un retrato costumbrista en el que unos personajes saldrán mejor parados que otros y que Milani maneja con gracia, pero con poca profundidad, en su propósito de crear, en definitiva, un espejo que, desde lo puntual, refleje una historia colectiva que pueda ser aplicable a cualquier país de la Europa contemporánea.



El problema de la película es que juega a dos barajas (la incisiva y la indulgente) y no aprovecha a fondo ninguna, porque su retrato social siempre se frena para no hacer sangre y sus intenciones críticas se apartan de los rincones más conflictivos. También porque sus personajes no dejan de ser estereotipos de clase, dibujados con un trazo poco flexible (aunque dos grandes intérpretes como Paola Cortellesi y Antonio Albanese consigan otorgarles más humanidad de la que realmente tienen en el guion: los momentos en que ambos se enfrentan en la pantalla están repletos de comicidad), y porque sus peripecias resultan predecibles: no faltará la conversación sobre el arte contemporáneo ni la bajada a los infiernos del urbanita concretada en una atestada playa repleta de "sabor local".

Por todo ello comentábamos que la referencia a Monicelli le viene grande a "Como pez fuera del agua" que, finalmente, se muestra como una película un tanto condescendiente. Milani tiene mano para la comedia, eso es indiscutible, y brilla en lo que tantos otros directores se estrellan: un estupendo manejo del 'tempo' y del ritmo para agitar o suavizar el relato y avivar o calmar las peripecias de sus protagonistas. Y es innegable que la sonrisa está presente a lo largo de toda la película, así como que las ocasionales carcajadas se disfrutan a fondo (aunque algunos gags hagan referencia a cuestiones tan locales que resulte imposible entrar en ellos), pero los trazos de una cierta amargura que Riccardo Milani intenta deslizar entre las imágenes son solo ocasionales y la amabilidad del retrato se impone finalmente. Y así se anestesia cualquier profundidad en el análisis social que se quiere abordar, mirado siempre desde lejos, de manera que la historia de inicial rechazo y posterior comprensión afectiva en torno a estos Romeo y Julieta romanos resulta finalmente liviana y el retrato de sus conflictos de clase, complaciente.
Escrita por Miguel Ángel Palomo (FilmAffinity)
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