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Un amor imposible

Romance. Drama A finales de los años 50, Rachel, una modesta oficinista de la pequeña ciudad de Châteauroux, conoce a Philippe, un joven brillante de familia burguesa. De este romance breve e intenso nace la pequeña Chantal, pero Philippe se niega a casarse fuera de su clase social. En adelante sus vidas serán moldeadas por el amor incondicional entre una madre y su hija, eclipsada por el amor imposible de una mujer por un hombre que la rechaza, ... [+]
El dolor de la sumisión
A finales de los años 50, en una sala de baile, suena "Diana", de Paul Anka. Una mujer joven espera, nerviosa, al muchacho al que conoció esa misma tarde. Cuando aparezca, avanzada la noche, ambos se abrazarán en un acaramelado baile. Este es el inicio de “Un amor imposible”. Si el espectador conoce la obra de la escritora Christine Angot, en cuya novela homónima se basa la película, podrá anticipar ciertas constantes del filme. Si no es así, baste señalar que Angot abunda en sus textos en asuntos turbios, en extremos oscuros, y que gusta de indagar en los recovecos malsanos del ser humano desde su primera obra, la controvertida y brutal "Incesto".

"Un amor imposible" se asoma a una relación que se sostiene durante varias décadas, la que emprenden Rachel, una humilde joven provinciana que vive junto a su madre y su hermana, y Philippe, un tipo ingenioso y seductor, un despreocupado burgués parisino que llega al pequeño pueblo de Châteauroux y que arruinará la vida de Rachel. Personajes que quedan retratados en apenas un par de trazos, tan diestros como contundentes (resulta escalofriante el momento en el que Philippe deniega fríamente la propuesta de matrimonio de Rachel alegando que ella es de una clase social inferior).



Las bases narrativas e ideológicas de "Un amor imposible" se establecen en su primera media hora, desde esa precisa y milimétrica presentación de los personajes. Bases ideológicas, decimos, porque "Un amor imposible" es una obra de intención batalladora que se convierte en la película más implacablemente feminista de los últimos tiempos. Lo hace precisamente desde la estampa de una mujer, medrosa, incapaz de afrontar sus propios sufrimientos, anulada por su sumisión a un amor idealizado. Para Rachel, el drama comienza a instalarse en su vida desde el conformismo, desde que se rinde al egoísmo implacable y feroz de Philippe. Y crece a partir de una tercera persona: la frontera en la que se instalará la definitiva desdicha es el nacimiento de su hija Chantal (a quien descubriremos como narradora en off del relato), de la que su padre se desentiende con abrumadora frialdad hasta regresar, en momentos ocasionales, cuando Chantal sea una adolescente.

En la captura de este amor tóxico estalla una película despiadada, que desde una mujer afligida construye un modelo dramático que muestra el retrato más feroz posible de la dominación masculina. Aunque pelee por conseguir que Philippe reconozca a su hija en sucesivos encuentros en los que queda emocionalmente destruida, Rachel es una mujer enfrentada a décadas de educación patriarcal, a siglos de dominación, adoctrinada para a aspirar a un amor idealizado sin importar qué daño haga este a sus vínculos afectivos. Philippe es el ejemplo de hombre entregado a la jactancia viril, acostumbrado a acercarse a las mujeres como a una presa o a un trofeo, incapaz de ahondar en las contradicciones de su masculinidad.



El aguerrido trazo de la cineasta Catherine Corsini atrapa las vidas de una madre y una hija, que podrían ser otras muchas (muchas de las que, cada día, informan los medios de comunicación), surcadas por el dolor y el abuso, por el estigma de la desigualdad social, por la ancestral obligación femenina de la entrega al sacrificio. Dos mujeres que sufrirán a un hombre. Así de sencillo. Así de contundente.

La autora de películas del calibre de "Partir", "Tres mundos" y "Un amor de verano" siempre se ha asomado a personajes femeninos, y lo ha hecho con una mirada afilada, valiente, cuestionadora, y ahora consigue con "Un amor imposible" no solo su mejor película, sino la que se sitúa más al límite, la más osada, empeñada en situar su relato en un terreno comprometido y visceral para analizar el pasado y el presente desde un punto de vista que trascienda la anécdota para convertir a esas dos mujeres en espejo de las vidas de miles.

Entre lo emotivo y lo doliente, "Un amor imposible" desborda credibilidad y pasión. También rabia y furor. Y culmina en unos últimos minutos, que muestran una sencilla y doliente conversación entre madre e hija por medio de un sencillo plano-contraplano, convertidos en una de las secuencias más conmovedoras del cine de los últimos años.
Escrita por Miguel Ángel Palomo (FilmAffinity)
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