Martin Eden

Sublime. Esta adaptación imposible de una novela de Jack London adquiere, de la mano de Pietro Marcello, el aura de un cine tan inabarcable como el material literario del que surge. Es una película-río por la naturaleza del relato, pero también, y sobre todo, por la apabullante fuerza con la que todos sus elementos golpean y embelesan la pantalla. Fotografía, escritura, dirección actoral, diseño de producción... Todo es impecable. El conjunto se salda, casi por pura aritmética, en un torrente incontenible en el que la inspiración lírica se plasma en imágenes y sonidos destinados a la inmortalidad. La mirada salvaje y la sonrisa electrizante del actor protagonista, Luca Marinelli, parecen desvelarnos, poco a poco, la verdadera naturaleza de algunos de los grandes misterios de la humanidad.