2 de julio de 2012
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Esta película del debutante Gary McKendry se basa en un libro que cuenta una serie de acontecimientos en los que se vieron envueltos los servicios secretos británicos y otros antiguos agentes. Quizás por eso hay algo en esta película que recuerda bastante a muchas de las obras del grandísmo escritor inglés John Le Carré. Es obvio que la trama se asemeja bastante a sus argumentos de espías, también la época que coincide con su época de mayor es plendor y cómo no, que gran parte de la acción se desarrolle en Inglaterra. Pero esto puede suponer un problema. Las historias de John Le Carré no han tenido mucha suerte en el cine (excepción de "El jardinero fiel" y "El topo") por lo que lo anteriormente dicho casi puede ser una rémora.
Aparte de esta influencia, a mí también me ha recordado a la genial película "Munich" de Steven Spielberg. Un grupo de ex agentes del MI6 son contratados para vengar la muerte de un emir musulmán a manos de otros agentes británicos. Aquí radica el mayor interés del film: el dilema moral del grupo de asesinos a sueldo por matar a compatriotas suyos.
Con los referentes anteriormente citados, podríamos esperar una gran película, pero lamentablemente sólo llegamos a ver un entretenimiento digno (que no es poco). La película es tosca, debido quizás, a que el montaje es alborotado y el guión, desordenado. A esto también contribuye el reparto: llevamos tanto tiempo viendo a Jason Statham en películas baratas de acción de usar y tirar que hemos olvidado que es un actor más que digno; Robert De Niro está de capa caída desde hace ya tiempo aunque este no es su peor papel y el que sorprende es Clive Owen como el antagonista, el concienzudo agente dispuesto a atrapar a los asesinos de élite del título.
En definitiva, una película entretenida, parece una de Le Carré contada a cámara rápida, pasada por el pasapuré o por la turmix.
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