5 de julio de 2017
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Desde un punto de vista formal Moonlight puede ser otro drama social fácil y con complejos. En mi opinión la realidad es otra: Moonlight presenta a un protagonista que no está atormentado por la pobreza o por la violencia que sufre en si. La incógnita que guarda el personaje va más allá, y hace que el espectador se pregunte cuáles son sus inquietudes, cuál es su dolor, qué debe comprender el mundo de él.
Atención espectadores: no es un melodrama, no es una película en la que sus escenas más crudas necesiten ser adornadas con florituras. Moonlight es sentimiento, y más bien 'la falta de'. Moonlight es una flor en el desierto, y narra como crece y madura entre arena seca, serpientes y un sol abrasador.
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