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Voto de Luis Miguel:
7
14 de diciembre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me refiero con este título a que da la impresión de que Ridley Scott podría haber hecho una película mejor, teniendo en cuenta que en su conjunto "Exodus: Dioses y reyes" queda por debajo de "Los diez mandamientos" e incluso de "El príncipe de Egipto" (sí, la de animación de DreamWorks") por varios motivos que explico a continuación.
Para empezar la historia verdaderamente interesante tarda en arrancar. Se centra demasiado en las amenazas políticas y de propia corrupción interna que sufre el país, y la transformación de Moisés en auténtico libertador del pueblo hebreo viene tras un periodo de previa "militarización" de sus "soldados". En este aspecto, al igual que en el de la recreación histórica de los combates contra los hititas, Scott es ciertamente más realista; pero también ralentiza lo que al espectador le importa: La grandeza que superaría a todas las producciones hechas hasta la fecha sobre uno de los más apasionantes relatos bíblicos para llevar al cine.
En cuanto a los protagonistas Christian Bale consigue que olvides a Charlton Heston cuando se convierte en guía del éxodo, pero hasta entonces no. De hecho, cuando lo veía como egipcio, más bien me preguntaba si no hubiera sido un protagonista más digno para "El reino de los cielos" que Orlando Bloom. Por su parte Joel Edgerton, como todos los actores blancos cuya tez ha sido bronceada para parecer africanos, no terminó de convencerme como Ramsés (pero ya digo que no por su interpretación, que es buena, sino por el físico). En ese sentido prefiero a Yul Brynner, pues era más creíble para el papel.
Curiosamente la baza de los efectos especiales se desvanece y es aquí donde Scott casi se ahoga. Ridiculiza el paso del Mar Rojo en comparación a cómo Charlton Heston abría las aguas espectacularmente en el año 1956 (ver spoiler) y reduce las siete plagas a diez minutos (eso sí, sobrecogedoras y terroríficas en cuanto a poder sobrenatural) y a una comparecencia de Moisés ante el Faraón, cuando la Biblia narra que lo visitó en varias ocasiones para advertirle de que la siguiente epidemia sería peor y más mortífera para Egipto.
Eso por no hablar de la sucesión atropellada de la entrega de las Tablas de la Ley en el Monte Sinaí o el Becerro de Oro, que se ve por ahí ligeramente. Incluso falta la caída del maná, supongo que por razones de metraje. Y es que a Scott se le queda corto el guión por haberse explayado tanto al comienzo (y eso que no parte de la recogida del Moisés bebé en el Nilo, que si no...).
Por último decir que la presencia de María Valverde como Séfora es más testimonial que otra cosa, la fotografía por momentos demasiado oscura y eso sí, muy buena la banda sonora de Alberto Iglesias con orquestaciones adicionales de Federico Jusid ("Isabel") y Harry Gregson-Williams ("El reino de los cielos").
Para empezar la historia verdaderamente interesante tarda en arrancar. Se centra demasiado en las amenazas políticas y de propia corrupción interna que sufre el país, y la transformación de Moisés en auténtico libertador del pueblo hebreo viene tras un periodo de previa "militarización" de sus "soldados". En este aspecto, al igual que en el de la recreación histórica de los combates contra los hititas, Scott es ciertamente más realista; pero también ralentiza lo que al espectador le importa: La grandeza que superaría a todas las producciones hechas hasta la fecha sobre uno de los más apasionantes relatos bíblicos para llevar al cine.
En cuanto a los protagonistas Christian Bale consigue que olvides a Charlton Heston cuando se convierte en guía del éxodo, pero hasta entonces no. De hecho, cuando lo veía como egipcio, más bien me preguntaba si no hubiera sido un protagonista más digno para "El reino de los cielos" que Orlando Bloom. Por su parte Joel Edgerton, como todos los actores blancos cuya tez ha sido bronceada para parecer africanos, no terminó de convencerme como Ramsés (pero ya digo que no por su interpretación, que es buena, sino por el físico). En ese sentido prefiero a Yul Brynner, pues era más creíble para el papel.
Curiosamente la baza de los efectos especiales se desvanece y es aquí donde Scott casi se ahoga. Ridiculiza el paso del Mar Rojo en comparación a cómo Charlton Heston abría las aguas espectacularmente en el año 1956 (ver spoiler) y reduce las siete plagas a diez minutos (eso sí, sobrecogedoras y terroríficas en cuanto a poder sobrenatural) y a una comparecencia de Moisés ante el Faraón, cuando la Biblia narra que lo visitó en varias ocasiones para advertirle de que la siguiente epidemia sería peor y más mortífera para Egipto.
Eso por no hablar de la sucesión atropellada de la entrega de las Tablas de la Ley en el Monte Sinaí o el Becerro de Oro, que se ve por ahí ligeramente. Incluso falta la caída del maná, supongo que por razones de metraje. Y es que a Scott se le queda corto el guión por haberse explayado tanto al comienzo (y eso que no parte de la recogida del Moisés bebé en el Nilo, que si no...).
Por último decir que la presencia de María Valverde como Séfora es más testimonial que otra cosa, la fotografía por momentos demasiado oscura y eso sí, muy buena la banda sonora de Alberto Iglesias con orquestaciones adicionales de Federico Jusid ("Isabel") y Harry Gregson-Williams ("El reino de los cielos").
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
¿Por qué cuando Nun ha revelado a Moisés su verdadero origen, éste mata sin mediar palabra a dos oficiales egipcios? ¿Porque lo llaman esclavo despectivamente, o porque no lo reconocen? No queda demasiado comprensible.
También le pediría al señor Scott que me explicara por qué eligió un niño con cara de mala leche para representar a Dios durante toda la película (hubiera sido más efectiva una voz en off como sucedía en "Los diez mandamientos").
Y el spoiler más importante: ¿Secar el Mar Rojo con una marea baja es separar las aguas? Y encima Ramsés sobrevive al tsunami (claro que Moisés también debería haber muerto, pero como era el elegido de Dios eso no se puede discutir).
También le pediría al señor Scott que me explicara por qué eligió un niño con cara de mala leche para representar a Dios durante toda la película (hubiera sido más efectiva una voz en off como sucedía en "Los diez mandamientos").
Y el spoiler más importante: ¿Secar el Mar Rojo con una marea baja es separar las aguas? Y encima Ramsés sobrevive al tsunami (claro que Moisés también debería haber muerto, pero como era el elegido de Dios eso no se puede discutir).