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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
4
Terror. Intriga Un asesino con una capucha roja se dedica a matar turistas en Barcelona, a los que arranca los ojos. (FILMAFFINITY)
19 de diciembre de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué falta por decir ya de Umberto Lenzi? Sabemos que atormentó diversos géneros y subgéneros con la alegría homicida de un elefante en una cacharrería. El giallo no fue ajeno a sus desmanes. Recordemos Orgasmo, Una droga llamada Helen, Siete orquídeas manchadas de rojo... La magia del Blu Ray nos ofrece ahora esta lejana cinta rodada en Barcelona, mucho antes del '92, cuando era una ciudad briosa, cosmopolita y ajena a ramplonerías pueblerinas. Unos desnortados turistas estadounidenses llegan a la Ciudad Condal y las chicas comienzan a palmar, cuando un asesino provisto de un impermeable rojo, con su correspondiente capucha, se dedica a mutilarles el ojo izquierdo y a cortarlas en pedacitos. Todos los estilemas del giallo están presentes: guión confuso, cuando no espasmódico, asesino psicópata que maneja los cuchillos como un cirujano el bisturí, bonitas postales de los lugares de rodaje, músicas coloristas de cabaret barato, fotografía chillona, cámara algo mareante... Y señoras en pelotas, por supuesto. Aparecen y desaparecen los personajes sin ton ni son, deambulan como Pedro por su casa entre Sitges y Barcelona, cuando el comisario les ha ordenado quedar a su disposición, todo el mundo gasta miradas huidizas y frases ambiguas, para que vayamos sospechando de todos ellos, incluido el pastor protestante (inefable George Rigaud). Evidentemente, nada que ver con Bava, ni con el primer Argento, salvo la imitación apresurada, casi una parodia.
John Richardson está de pena. Este hombre se paseó por el cine europeo después de haber fracasado en sus Estados Unidos natales, y asomó su guapa jeta en unos cuantos subproductos, desde el spaghetti western al poliziesco. No es que los demás le superen por mucho, salvo quizá Andrés Mejuto, un curioso trasunto de Chistopher Plummer. Las chicas que se desnudan son, por orden de aparición en cueros, Mirta Miller, Ines Pellegrini y, cómo no, Martine Brochard, especialista en tan noble arte. Sólo senos, no hay culos ni felpudos. Los señores, abrigados hasta el cuello, para variar. Eso sí, Barcelona luce radiante y los exteriores están bien elegidos. ¡Si hasta sale la iglesia románica donde me casé por primera vez, el mismo año en que se produjo la película!
Para amantes y completistas del (sub)género.
Eduardo
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