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Voto de Miquel:
8
7,4
56.759
Drama
Evelyn (Kathy Bates), una mujer madura que vive frustrada por su gordura y por la insensibilidad y simpleza de su marido, conoce casualmente en un asilo a Ninny (Jessica Tandy), una anciana que le va contando poco a poco una dramática historia ocurrida en un pequeño pueblo de Alabama. El relato se hace cada vez más fascinante: gira en torno a la gran amistad entre dos mujeres (Mary Stuart Masterson y Mary-Louise Parker) y al misterioso ... [+]
23 de agosto de 2011
25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film que suma drama y comedia realizado por el director, productor y escritor Joan Avent (Brooklyn, NYC, 1944). Escrito por Fannie Flagg y Carol Sobieski, adapta la novela candidata al Pulitzer “Fried Green Tomatoes: The Whistle Stop Cafe” (1987), de Fannie Flagg. Se rueda en escenarios naturales de Georgia y Orlando (Florida) entre el 10 de junio y el 23 de agosto de 1991. Obtiene 2 nominaciones a los Oscar (actriz secundaria y guión adaptado). Producido por Jon Avent y Jordan Kerner para Universal Pictures y otras productoras, se estrena el 27-XII-1991 (EEUU). La acción dramática principal tiene lugar en la localidad de Whistle Stop (Alabama) y en la residencia de ancianos Rose Hills (Georgia). Los hechos se extienden a lo largo de los años 30 y durante varios meses de 1989-1990.
Los protagonistas de la historia son Idgie Threadgoode (Masterson), Ruth Jamison (Parker), Evelyn Couch (Bates) y la anciana Ninny Threadgoode (Tandy). Las acompañan Big George (Shaw), Ed Couch (Sartain), Grady Kilgore (Basaraba), Smokey Lonesome (Scout), Frank Bennett (Searcy) y otros. Idgie es independiente, decidida y rebelde. No le gusta vestir de manera remilgada, se divierte jugando al póquer, frecuenta un garito de afroamericanos, asalta trenes para repartir comida entre los desheredados y combate la segregación racial, el machismo, la religión y el matrimonio. Está enamorada de Ruth, con la que regenta el café restaurante Whistle Stop Cafe. Ruth, antigua novia de Buddy Threadgoode (O’Donnell), se casa con Frank Bennet, es madre de Buddy Bennet y regenta con Idgie el café restaurante. Evelyn, de mediana edad, soporta un matrimonio aburrido y es glotona e irascible. Ninny, de 83 años, viuda, que vive en una residencia de ancianos, entabla amistad con Evelyn a raíz de las visitas periódicas que esta hace con su marido a la tía Vesta, acogida en el establecimiento.
El relato está narrado en flashback por boca de la entrañable y simpática Ninny, a la que le gusta contar sus recuerdos. Lo hace pausadamente, con profusión de detalles, en sesiones sucesivas, con afecto y ternura. La historia se divide en dos segmentos: los recuerdos del pasado de la narradora y los hechos de presente, incluidas las visitas de Evelyn a la residencia. Los dos tiempos se entrecruzan yuxtaponiendo incidencias, hechos y referencias separadas por 50 años. La combinación de tiempos tan distintos se construye con habilidad y gracia, de manera que no fragmenta el relato, sino que lo enriquece con contrastes, paralelismos y similitudes, que aligeran la narración.
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Los protagonistas de la historia son Idgie Threadgoode (Masterson), Ruth Jamison (Parker), Evelyn Couch (Bates) y la anciana Ninny Threadgoode (Tandy). Las acompañan Big George (Shaw), Ed Couch (Sartain), Grady Kilgore (Basaraba), Smokey Lonesome (Scout), Frank Bennett (Searcy) y otros. Idgie es independiente, decidida y rebelde. No le gusta vestir de manera remilgada, se divierte jugando al póquer, frecuenta un garito de afroamericanos, asalta trenes para repartir comida entre los desheredados y combate la segregación racial, el machismo, la religión y el matrimonio. Está enamorada de Ruth, con la que regenta el café restaurante Whistle Stop Cafe. Ruth, antigua novia de Buddy Threadgoode (O’Donnell), se casa con Frank Bennet, es madre de Buddy Bennet y regenta con Idgie el café restaurante. Evelyn, de mediana edad, soporta un matrimonio aburrido y es glotona e irascible. Ninny, de 83 años, viuda, que vive en una residencia de ancianos, entabla amistad con Evelyn a raíz de las visitas periódicas que esta hace con su marido a la tía Vesta, acogida en el establecimiento.
El relato está narrado en flashback por boca de la entrañable y simpática Ninny, a la que le gusta contar sus recuerdos. Lo hace pausadamente, con profusión de detalles, en sesiones sucesivas, con afecto y ternura. La historia se divide en dos segmentos: los recuerdos del pasado de la narradora y los hechos de presente, incluidas las visitas de Evelyn a la residencia. Los dos tiempos se entrecruzan yuxtaponiendo incidencias, hechos y referencias separadas por 50 años. La combinación de tiempos tan distintos se construye con habilidad y gracia, de manera que no fragmenta el relato, sino que lo enriquece con contrastes, paralelismos y similitudes, que aligeran la narración.
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Hace uso de un tono amable, sencillo, realista y sincero, que resulta grato al espectador. No le obliga a hacer esfuerzos de memoria y le proporciona información con ingenio, gracia y buen humor. Al servicio del humor se ofrecen algunas escenas llenas de ironía y comicidad, como el enfado de Evelyn en el aparcamiento, las clases de autoayuda y empoderamiento femenino a las que ella asiste y otros pasajes de igual o mayor hilaridad.
La historia se explica en términos feministas y de rechazo del racismo, el maltrato doméstico, la violencia de género, la marginación social de la mujer y su injustificable exclusión de juegos como el póquer y el baño en el río. Se esboza la situación de paro, desesperanza y miseria que se vive en el país durante los años de la Gran Depresión, las patéticas y vergonzantes acciones del Ku-klux-klan, el trato diferente de la justicia con blancos y afroamericanos, el paso del tiempo y los cambios que impone, secretos de la buena cocina, la muerte, la discapacidad sobrevenida por accidente o edad, la posibilidad humana de rectificar y cambiar, etc. No sólo se tratan muchos temas, sino que además se presenta una galería amplia y diversa de personajes, que el film amalgama, ordena y funde en una historia unitaria, consistente y entretenida, que destila humanidad y ternura.
La banda sonora, de Thomas Newman (VALL•E, Stanton, 2008), compone una partitura sinfónica espléndida, que realza el film y le aporta vibración y belleza. Contiene cortes tan brillantes como el titulado “Ghost Train”, tema principal, que crea el magnífico crescendo de suspense que inicia la proyección. “Whistle Stop, Ala” describe la añoranza del antiguo café. El corte “Smokey Lonesone” se dedica al personaje fiel y amigo. “Big George” exalta la fidelidad, la lealtad y la fuerza física del personaje. La melancolía se apodera de la pantalla cuando suena el tema “Mis Otis Died”. Se abrazan guitarras y piano en el corte “Night Baseball”. La proyección se cierra con el tema “The Whistle Stop Cafe”, potente y sonoro, que habla de la trascendencia del ejemplo de Idgie. Se oyen blues y temas ambientales que evocan los espirituales negros. Como música añadida se presenta una versión de “I’II Rememeber You”, de Bob Dylan.
La fotografía, de Geoffrey Simpson, crea escenas intimistas, alegres, melancólicas, de tensión e intriga, que aportan variedad de formas y colores de acuerdo con las necesidades del film, obra sólida, crítica y potente, que infunde ganas de vivir.
Hace uso de un tono amable, sencillo, realista y sincero, que resulta grato al espectador. No le obliga a hacer esfuerzos de memoria y le proporciona información con ingenio, gracia y buen humor. Al servicio del humor se ofrecen algunas escenas llenas de ironía y comicidad, como el enfado de Evelyn en el aparcamiento, las clases de autoayuda y empoderamiento femenino a las que ella asiste y otros pasajes de igual o mayor hilaridad.
La historia se explica en términos feministas y de rechazo del racismo, el maltrato doméstico, la violencia de género, la marginación social de la mujer y su injustificable exclusión de juegos como el póquer y el baño en el río. Se esboza la situación de paro, desesperanza y miseria que se vive en el país durante los años de la Gran Depresión, las patéticas y vergonzantes acciones del Ku-klux-klan, el trato diferente de la justicia con blancos y afroamericanos, el paso del tiempo y los cambios que impone, secretos de la buena cocina, la muerte, la discapacidad sobrevenida por accidente o edad, la posibilidad humana de rectificar y cambiar, etc. No sólo se tratan muchos temas, sino que además se presenta una galería amplia y diversa de personajes, que el film amalgama, ordena y funde en una historia unitaria, consistente y entretenida, que destila humanidad y ternura.
La banda sonora, de Thomas Newman (VALL•E, Stanton, 2008), compone una partitura sinfónica espléndida, que realza el film y le aporta vibración y belleza. Contiene cortes tan brillantes como el titulado “Ghost Train”, tema principal, que crea el magnífico crescendo de suspense que inicia la proyección. “Whistle Stop, Ala” describe la añoranza del antiguo café. El corte “Smokey Lonesone” se dedica al personaje fiel y amigo. “Big George” exalta la fidelidad, la lealtad y la fuerza física del personaje. La melancolía se apodera de la pantalla cuando suena el tema “Mis Otis Died”. Se abrazan guitarras y piano en el corte “Night Baseball”. La proyección se cierra con el tema “The Whistle Stop Cafe”, potente y sonoro, que habla de la trascendencia del ejemplo de Idgie. Se oyen blues y temas ambientales que evocan los espirituales negros. Como música añadida se presenta una versión de “I’II Rememeber You”, de Bob Dylan.
La fotografía, de Geoffrey Simpson, crea escenas intimistas, alegres, melancólicas, de tensión e intriga, que aportan variedad de formas y colores de acuerdo con las necesidades del film, obra sólida, crítica y potente, que infunde ganas de vivir.