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Voto de Plácido Eldel Motocarro:
10
8.4
110,223
Terror. Intriga. Thriller
Marion Crane, una joven secretaria, tras cometer el robo de un dinero en su empresa, huye de la ciudad y, después de conducir durante horas, decide descansar en un pequeño y apartado motel de carretera regentado por un tímido joven, Norman Bates, que vive en la casa de al lado con su madre. (FILMAFFINITY)
26 de marzo de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos serán los que no se asusten viendo esta película, los menos, quienes no se sorprendan, escasos los que no queden admirados, y casi ninguno que no quiera volver a verla.
Hay una música que nos dirige, que nos esgrime cada giro argumental, cada salto mortal hacia atrás de su camaleónica trama, de una trama que en realidad no es lo más grandioso de su filmación sino que lo son esos planos proverbiales, planos en blanco negro plenos de matices, planos cortos, planos montados, planos secuencia, planos de trávelin, planos estáticos, planos cenitales, planos… inconmensurables.
Creo que todo el mundo coincide -algo no muy habitual- en que sin género de duda ésta es la obra cumbre del maestro del suspense, Alfred Hitchcock. Es una cinta que no es lo que parece en su principio, pero, que como decían en aquel famoso concurso televisivo, “hasta aquí puedo leer”, sí; no puedo contarles más de su argumento pues podría patinar y desvelarles cualquier simple detalle, darles cualquier simple pista que de alguna manera les impidiese seguir como es debido su intrigante relato. Así que dejaré mis más abiertas reflexiones para el spoiler.
En el ámbito del reparto, destacan dos formidables interpretaciones a cargo de Anthony Perkins y Janet Leigh, sobre todo la del primero, el que será ya siempre ese apático personaje de Norman Bates, ese introvertido gerente del Motel Bates, y morador, junto a su madre invalida, de aquella tétrica casona sobre la colina… pero ya les dejo, que como ya dije, no quisiera estropearles la película.
Hay una música que nos dirige, que nos esgrime cada giro argumental, cada salto mortal hacia atrás de su camaleónica trama, de una trama que en realidad no es lo más grandioso de su filmación sino que lo son esos planos proverbiales, planos en blanco negro plenos de matices, planos cortos, planos montados, planos secuencia, planos de trávelin, planos estáticos, planos cenitales, planos… inconmensurables.
Creo que todo el mundo coincide -algo no muy habitual- en que sin género de duda ésta es la obra cumbre del maestro del suspense, Alfred Hitchcock. Es una cinta que no es lo que parece en su principio, pero, que como decían en aquel famoso concurso televisivo, “hasta aquí puedo leer”, sí; no puedo contarles más de su argumento pues podría patinar y desvelarles cualquier simple detalle, darles cualquier simple pista que de alguna manera les impidiese seguir como es debido su intrigante relato. Así que dejaré mis más abiertas reflexiones para el spoiler.
En el ámbito del reparto, destacan dos formidables interpretaciones a cargo de Anthony Perkins y Janet Leigh, sobre todo la del primero, el que será ya siempre ese apático personaje de Norman Bates, ese introvertido gerente del Motel Bates, y morador, junto a su madre invalida, de aquella tétrica casona sobre la colina… pero ya les dejo, que como ya dije, no quisiera estropearles la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Es inevitable, al comentar esta película, hablar de la secuencia que la convirtió en inmortal, aquella mítica “secuencia de la ducha", esa secuencia que demuestra la belleza y la plástica que posee la fotografía en blanco y negro, jamás el color hubiese logrado tal intensidad de matices.
Si usted no se escalofría con las cuchilladas que nunca aciertan la carne, con la turbadora música que asemeja a cuchilladas sobre el corazón, si no se estremece al ver como se desagua la sangre, en su justo matiz de negro, sobre los distintos blancos de la blanca porcelana, en una espiral al ritmo de la gravedad por el sumidero, si no se impresiona al ver como el objetivo de la cámara se adentra en el iris ya sin vida de Marion Crane (Janet Leigh), a usted; jamás ninguna película le helará la sangre.
“Psicosis” siempre será ese extraño temblor que nos incomoda cuando en una solitaria habitación de hotel entramos en la ducha, sobre todo, si de ésta cuelga una cortina de baño soportada por anillas.
Y ASÍ ES EL FIN, ES ASÍ EL... "THE END"
Hay un pequeño motel de carretera,
y tras él hay una ciénaga que encierra,
que entierra, a un robusto y largo, “Sierra”,
un auto que en la lluvia se perdiera.
Y a una dama de rubia cabellera,
en él la dio sepulcro bajo tierra,
Norman “Beits”, el buen hijo a quien aterra,
su dominante madre en gran manera.
Pero el relato oculta un gran misterio:
¿quién hay tras el umbral de la casona,
quién es esa figura temible y hosca…?
Por qué en el antiguo cementerio,
no hallan el cuerpo, dentro de su arcona,
de quien, ahora, no mata… ni a una mosca.
Fundido en negro y... THE END
Si usted no se escalofría con las cuchilladas que nunca aciertan la carne, con la turbadora música que asemeja a cuchilladas sobre el corazón, si no se estremece al ver como se desagua la sangre, en su justo matiz de negro, sobre los distintos blancos de la blanca porcelana, en una espiral al ritmo de la gravedad por el sumidero, si no se impresiona al ver como el objetivo de la cámara se adentra en el iris ya sin vida de Marion Crane (Janet Leigh), a usted; jamás ninguna película le helará la sangre.
“Psicosis” siempre será ese extraño temblor que nos incomoda cuando en una solitaria habitación de hotel entramos en la ducha, sobre todo, si de ésta cuelga una cortina de baño soportada por anillas.
Y ASÍ ES EL FIN, ES ASÍ EL... "THE END"
Hay un pequeño motel de carretera,
y tras él hay una ciénaga que encierra,
que entierra, a un robusto y largo, “Sierra”,
un auto que en la lluvia se perdiera.
Y a una dama de rubia cabellera,
en él la dio sepulcro bajo tierra,
Norman “Beits”, el buen hijo a quien aterra,
su dominante madre en gran manera.
Pero el relato oculta un gran misterio:
¿quién hay tras el umbral de la casona,
quién es esa figura temible y hosca…?
Por qué en el antiguo cementerio,
no hallan el cuerpo, dentro de su arcona,
de quien, ahora, no mata… ni a una mosca.
Fundido en negro y... THE END