16 de febrero de 2013
20 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro drama histórico y poético de uno de los mejores directores de la nueva ola checoslovaca . Esta historia tiene lugar en el karst de Moravia a principios del siglo XVIII, una zona geográfica famosa por su fascinante geología: cuevas, galerías, ríos subterráneos. Precisamente la naturaleza es la protagonista de esta película, ya que la misteriosa geología de la zona es el origen de leyendas y mitos. Una familia de molineros que vive allí desde hace generaciones conoce los secretos naturales del lugar y los utiliza para obtener agua, sin embargo su conocimiento de la naturaleza choca con las supersticiones y con la Iglesia, que ve al diablo en cualquier fenómeno natural sin explicar.
La historia deviene en un conflicto entre el poder y la sabiduría popular, maravillosamente narrado y filmado. Con una fotografía espectacular, y unas brillantes actuaciones de los protagonistas, esta película es, junto a Marketa Lazarová y El valle de las abejas, una de las cumbres de la filmografía de Vlácil, (que no tiene nada que envidiar a Bergman).
Esta película es algo menos simbólica y poética que Marketa Lazarová (fue rodada seis años antes), y por ello más dinámica, aunque está también rodeada de una aureola de misticismo. La historia principal es sencilla (un molinero que se enfrenta a la Inquisición) pero está rodada de manera que atrapa, y es un goce para los sentidos. Cada escena está cuidada al detalle, la cámara siempre lleva al espectador adonde debe. A destacar la música de Zdenek Liška que subraya cada emoción.
Una maravilla.
Nota- El apellido del director Vlácil lleva un acento circunflejo invertido sobre la c, y el nombre del musico Zdenek, sobre la segunda e. No los puedo poner...
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