Liam Neeson nuevamente interpreta un papel que parece haber sido escrito pensando en Harrison Ford, esta vez en un plagio de la saga de Bourne que hasta pasaría como mockbuster directo a video si no fuera por el reparto de lujo, que incluye a Diane Kruger y al gran Bruno Ganz (quien a pesar de su larga y exitosa carrera en el cine alemán, será siempre recordado por haber interpretado a Satán Hitler). La historia se ve prometedora al principio, pero a medida que se alarga, las preguntas permanecen sin ser respondidas y las situaciones bizarras aumentan, así mismo disminuye el interés en la historia. Absurda a veces, videoclipera a ratos, fría, llena de giros argumentales que no se los cree ni Shyamalan, sin embargo, ayuda para pasar el rato.
spoiler:
La muerte del personaje de Ganz y la pelea en el apartamento de Gina son quizás los momentos más memorables del filme.