13 de diciembre de 2014
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Ha vuelto Liam Neeson en modo killer demostrando nuevamente sus dotes de tipo duro, como ya hiciera en ‘Venganza’ y secuela. Esta vez Neeson está a diez mil pies de altura, pero eso no será un impedimento para patear traseros si quiere salvar a la gente del avión secuestrado.
Contra todo pronóstico, pues el tráiler me dio muy poquitas ganas de verla, el tándem Collet-Serra + Neeson ha vuelto a funcionar lo suficiente (ya pasaba en ‘Sin Identidad’) para que la hora y cuarenta minutos de película se me pasen volando.
‘Non-Stop’ desafía a las leyes de la física y probablemente más de uno eche pestes contra su parte final (pérdidas de presión que acaban en fantasmadas de aúpa). Pero a diferencia de otros directores, el español Jaume Collet-Serra (al que considero un magnífico artesano, al que no se le ha dado la importancia que tiene el estar en Hollywood y hacer películas de este tipo) ha sido capaz de venderme la película con un arranque prometedor, con tensión, midiendo bien los tiempos para que el film no se vuelva aburrido en ningún instante.
Además, el guión recobra la importancia de los secundarios, que no son de lujo y no tienen que serlo, pero en un avión de dos cientos (o los que sean) pasajeros, es normal que conozcamos a más de uno y de dos de los pasajeros que están en el avión y no solo con pinceladas. De esta manera, empezaremos a sospechar y a hacer cábalas sobre quien puede ser el culpable de tal asunto.
Al final, el quién sea el responsable es casi lo de menos y es que la cinta aguanta hasta donde buenamente puede. No hay que pedirla más a ‘Non-Stop’, ni falta que la hace. Es una buena cinta de entretenimiento palomitero, sincera y con un poco de aire noventero. ¿Qué más necesitamos?
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com
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