Es verdad que este no es el mejor capítulo de Sherlock.
De hecho, estaba quien esto firma revolviéndose inquieta porque estaba incluso aburriéndose un poco hasta que ha llegado el final y ha visto la genialidad que se han sacado del sombrero estos guionistas excelsos que tiene la serie. Qué final. Cómo lo meten, qué inesperado resulta y cuántas puertas inquietantes abre para el futuro de la temporada. Arregla de un plumazo la cierta inquietud que producía hasta el momento el episodio.
Con todo, lo que sigue como siempre es la enorme calidad de una producción cuidada al milímetro y el encanto no solo de la pareja protagonista, sino de todos los excelsos actores que se pasean por la pantalla.
Esperaré con gusto el siguiente.