Puede que la serie tenga un desarrollo lento (lo cual tampoco me ha quitado de pegarme un maratón), que en ocasiones los dramas familiares y los momentos de tedio sean un poquito “meh” o que algún personaje no te caiga en gracia, pero lo cierto es que la serie cumple de forma notable en tantos aspectos que acaba dando igual.
Además, su guión consigue un final de lo más original, dando un giro de tuerca al estandar de terror/intriga para ofrecernos una reflexión que nutre todo lo que hemos estado viendo en la serie.
Con la de mierdas que me he comido de Netflix, doy gracias al cielo por esta serie.
spoiler:
En mi humilde opinión, el punto fuerte de la serie es que tras su final, logra convertir el elemento de terror oscuro que llevan 10 horas desarrollando en un espacio que rebosa humanidad. Porque no hay nada más humano que el miedo y el amor. Y ambos nos llevan por derroterros ilógicos, como bien dice el escritor. Un giro de sobresaliente.