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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Intriga Cuando el Estado intenta expropiar su plantación para construir una autopista, Charlotte Hollis (Bette Davis), una rica solterona del Sur que lleva treinta años recluida llorando la muerte del hombre amado, pide ayuda a su prima Miriam (Olivia de Havilland) y a su viejo amigo Drew (Joseph Cotten). (FILMAFFINITY)
4 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el gran éxito alcanzado con, “What ever Happened to Baby Jane?”, el director, Robert Aldrich, recibió de Henry Farrell -autor de la novela en la que este filme se basara-, otra interesante historia que apenas tenía esbozada en unas pocas páginas… y al comprender que le daba la ocasión perfecta para volver a reunir a las grandiosas divas, Bette Davis y Joan Crawford, Aldrich reunió a Farrell con su guionista, Lukas Heller, y los puso a desarrollar una historia que, al final, surgió como una suerte de retoque de, “What ever Happened to Baby Jane?", pero, con cambios sustanciales bastante sorpresivos.

¿Elementos comunes? El victimario no identificado plenamente… la lucha entre dos parientes muy cercanas… la doncella del lado de una de ellas… la protección de la casa… el sentimiento de culpa que revierte en trastorno mental... pero, de repente, la historia cambia de rumbo y nos tendrá reservadas unas variables sorprendentes e impactantes.

El director, Robert Aldrich, está pasando por un gran momento: la inspiración la tiene en su punto más alto, su pulso narrativo fluye como un manantial… y va añadiendo a la historia de, <<CANCIÓN DE CUNA PARA UN CADÁVER>>, relevantes elementos que agregan significados (pesadillas, paranoia, efectos visuales…), más un sofisticado complot que va desplazando la historia por rumbos insospechados.

Pero, apenas iniciado el rodaje, Joan Crawford se enfermó muy seriamente. Mientras permanecía en el hospital, Aldrich aprovechó el tiempo rodando las escenas en las que ella no aparecía… pero, cuando regresó al set de rodaje, su condición física apenas le daba para dos o tres horas de trabajo, así que, la compañía aseguradora, le exigió cambio de actriz para poder seguir respondiendo por las cláusulas del contrato. Fue así como entró en escena, Olivia de Havilland, y queda decir que su presencia fue más que afortunada porque, la manera como el público suele asociarlas -tanto a ella como a la Davis- por sus particulares filmografías, jugaba positivamente en favor de la nueva propuesta interpretativa.

Cada una en lo suyo resulta brillante. El rol de la Davis, menos impulsivo que el de Baby Jane, le exige una actuación más desde adentro, y ella, con su enorme expresividad sabe dar lo que se necesita en cada momento de la película. Por su parte, Olivia de Havilland, sabe jugar como (casi) siempre a la gran dama, pero, cuando la historia le reclama matices también sabe aflorarlos como se necesitan. Con ellas, el gran Joseph Cotten, se luce en su papel del “ingenioso” Drew, y, entre otros, Agnes Moorehead, es la obstinada doncella dispuesta a defender lo que es justo, a riesgo de su propia vida.

Esta es la suerte de película que crece a medida que avanza y no obstante sus cercanías con el éxito anterior de Robert Aldrich, también consigue su propio brillo y el resultado definitivo es una película sobresaliente.

Título para Latinoamérica: <<CÁLMATE… DULCE CARLOTA>>
Luis Guillermo Cardona
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