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Voto de jastarloa:
5
5.1
17,428
Aventuras. Acción
En el Atlántico Norte, a bordo del lujoso trasatlántico Poseidón (20 pisos, 13 cubiertas) comienza la fiesta de Nochevieja. Mientras tanto, una gigantesca ola de 30 metros de altura se dirige hacia la nave a gran velocidad. Los intentos para desviar el barco y evitar el choque son inútiles. La ola lo golpea con una fuerza colosal y lo vuelca. Los pasajeros y los miembros de la tripulación caen desde una gran altura y van a parar entre ... [+]
9 de enero de 2007
65 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de leer los fragmentos de críticas profesionales –Peter Travers, Fausto Fernández, Torreiro...– que se recopilan en la ficha principal de esta película y me ha sorprendido que reciba tantos elogios.
Reconozco que los efectos especiales son espectaculares y que se comienza bien, con una presentación de personajes un pelín acelerada y llena de clichés pero clara. Incluso las primeras "pruebas" a las que tienen que ir enfrentándose, por ser las menos espectaculares, se salvan. Pero cuando ya empieza el Josh Lucas con sus heroicidades, a pulverizar todos los récords de salto y de buceo, a saltarse a la torera las leyes de la física, cuando las situaciones empiezan a ser excesivamente rebuscadas (ver SPOILER), no puedo por menos que echarme las manos a la cabeza. Y lo peor es que eso se repite una y otra vez, cual videoclip de Bisbal, hasta que llega el final.
De acuerdo, no es lo peor del género, pero no seremos pocos los espectadores que preferiremos la versión original de 1972. La razón es que en ella se lograba la empatía del espectador a través de diálogos cercanos en momentos de calma –Petersen aquí trabaja con el mínimo de empatía permisible– y se dosificaban perfectamente las escenas de tensión, que en realidad no eran muchas y, además, resultaban bastante verosímiles. Y es que cuando se cuenta con actores de la talla de Ernest Borgnine, Shelley Winters y Gene Hackman, no sólo no se corre ningún riesgo al pasar la acción a un segundo plano, sino que se abren ante el director –y el público– un sinfín de posibilidades más.
Reconozco que los efectos especiales son espectaculares y que se comienza bien, con una presentación de personajes un pelín acelerada y llena de clichés pero clara. Incluso las primeras "pruebas" a las que tienen que ir enfrentándose, por ser las menos espectaculares, se salvan. Pero cuando ya empieza el Josh Lucas con sus heroicidades, a pulverizar todos los récords de salto y de buceo, a saltarse a la torera las leyes de la física, cuando las situaciones empiezan a ser excesivamente rebuscadas (ver SPOILER), no puedo por menos que echarme las manos a la cabeza. Y lo peor es que eso se repite una y otra vez, cual videoclip de Bisbal, hasta que llega el final.
De acuerdo, no es lo peor del género, pero no seremos pocos los espectadores que preferiremos la versión original de 1972. La razón es que en ella se lograba la empatía del espectador a través de diálogos cercanos en momentos de calma –Petersen aquí trabaja con el mínimo de empatía permisible– y se dosificaban perfectamente las escenas de tensión, que en realidad no eran muchas y, además, resultaban bastante verosímiles. Y es que cuando se cuenta con actores de la talla de Ernest Borgnine, Shelley Winters y Gene Hackman, no sólo no se corre ningún riesgo al pasar la acción a un segundo plano, sino que se abren ante el director –y el público– un sinfín de posibilidades más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
• En la escena de los ventiladores, ¿cómo es que no se le parte la espalda? ¿Es que tiene un esqueleto de titanio similar al de Lobezno? ¿Y por qué cuando queda encajado en la compuerta, de repente desaparecen todos los peligrosos objetos que volaban por la succión? ¿Magia?
• ¿Cómo puede ser el niño tan gilipollas como para quedar encerrado tras un enrejado cuando van a contrarreloj? Pero la manera que tiene de justificarlo el guión es la leche: la madre pregunta: "¿Cómo te has metido ahí?", y el niño responde: "No lo sé". ¡Y no dan más explicaciones! Así yo también escribo guiones.
• ¡Qué casualidad que cuando logran salir al final haya una balsa al ladito! Puedo creerme que durante el hundimiento algún bote salvavidas se hubiera soltado, pero que siguiera allí en pleno mar abierto después de tanto tiempo...
• ¿Cómo puede ser el niño tan gilipollas como para quedar encerrado tras un enrejado cuando van a contrarreloj? Pero la manera que tiene de justificarlo el guión es la leche: la madre pregunta: "¿Cómo te has metido ahí?", y el niño responde: "No lo sé". ¡Y no dan más explicaciones! Así yo también escribo guiones.
• ¡Qué casualidad que cuando logran salir al final haya una balsa al ladito! Puedo creerme que durante el hundimiento algún bote salvavidas se hubiera soltado, pero que siguiera allí en pleno mar abierto después de tanto tiempo...