Planteamiento dado por el experto en temas de espías John Le Carré, con un resultado extraordinario.
Con las bases expuestas en The Ipcress File (1965), para estos argumentos, vemos una película que logra un punto de tensión máximo desde el primer momento.
Burton logra una de sus mejores actuaciones; para hacer de bebedor de todas formas no tenía problemas. Cuando aparece en el bar y con el tendero. Luego están los demás planos aparentemente triviales por las calles de Londres, en la biblioteca, en las reuniones con sus contactos, son sencillamente rotundos. Mantienen la intriga. Los tiempos y el ritmo son perfectos.
El juicio es espectacular. Perfectamente montado.
El papel de ella, la joven comunista, sirve para definir mejor aún la personalidad del agente Leamas.
Él dice: “¿Y qué hará por ti el partido?” “El partido sirve para marcar nuestras directrices”
OTAN. Pacto de Varsovia. Un pasado ya superado pero del que quedan aún pruebas de su existencia; y las mejores pruebas son las que sirven de argumento para buenas películas como ésta.
spoiler:
La escena inicial del muro de Berlín liga con la final. Ella tenía que morir –un plano fijo demoledor-, no podía ir por ahí habiendo sido testigo de un juicio en el bloque comunista para descubrir a un topo. Sabía demasiado; había visto demasiado. Cualquier desliz una vez en el otro lado del Telón de Acero pondría en peligro la labor de Mundt. Leamas redime su existencia, que la explica cuando define a un espía, quedándose junto a ella.
Un argumento sin fallos. Exacto.