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Voto de Kraken:
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Terror. Thriller. Acción
Película de terror dividida en dos partes, una dirigida por Tarantino y la otra por Robert Rodríguez. Ambas están separadas por falsos trailers de películas de terror, creados por los conocidos directores del género Eli Roth, Rob Zombie, Edgar Wright. "Death Proof", dirigida por Tarantino, gira en torno a un psicópata de la carretera llamado Especialista Mike, un asesino en serie que va aniquilando a sus víctimas, siempre chicas ... [+]
18 de septiembre de 2007
153 de 193 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está claro que a Tarantino muchos le tenían ganas. Nada que objetar, excepto que, ya que buscan meterse con él (no con su cine: ya es algo personal), podrían esforzarse un poco y buscar mejores argumentos. O algún argumento, al menos. Cada cual es muy libre de cagarse en todo, claro, pero creo que tachar simplemente de "mierda", "bodrio" o "coñazo" a todo lo que se te ponga a tiro no aporta nada. Creo que lo que no se le perdona a Tarantino es que no haga Pulp Fiction una y otra vez.
Pero bueno, vamos al lío. Muchos de sus detractores comentan, mientras echan espumarajos por la boca, que los diálogos de Tarantino ya no son como los de antes, que son intrascendentes, etc. Supongo que con "intrascendentes" quieren decir "aburridos"... Porque veamos: los diálogos en sus películas siempre han sido intrascendentes. Sus personajes siempre han ido por libre, siempre han tenido sus propios intereses. Y éstos son siempre ajenos a los de la historia. Como debe ser. Si no, no serían personajes: serían peleles. Tarantino ha llevado esta teoría hasta el límite. Sus diálogos no están diseñados para hacer avanzar la trama; es más, no tienen ninguna relación con ella. Y eso es precisamente lo que los hace tan divertidos, tan brillantes: la alucinante disociación, casi esquizofrénica, entre la palabra y la imagen. Pero es la acción lo que hace avanzar la historia. Es el predominio de la imagen sobre la palabra. Y esto, en Death Proof, es más cierto que nunca.
Lo que sí es cierto es que las secuencias son un poco largas. Parece que eso se lo debemos a la manipulación que ha sufrido el proyecto Grindhouse en su estreno europeo. Según he leído, se ha añadido bastante metraje a cada una de las películas para que alcanzasen por separado una duración estándar. Y todo gracias al afán recaudatorio de unos tipejos sin escrúpulos, los hermanos Weinstein. Si no fuera por eso, la película sería muy probablemente una obra maestra. Claro que también sería otra película. En fin... ¿Veremos por aquí alguna vez la versión íntegra de Grindhouse?
Sin embargo, el peso de la película no descansa en los diálogos, sino en la estructura...
Pero bueno, vamos al lío. Muchos de sus detractores comentan, mientras echan espumarajos por la boca, que los diálogos de Tarantino ya no son como los de antes, que son intrascendentes, etc. Supongo que con "intrascendentes" quieren decir "aburridos"... Porque veamos: los diálogos en sus películas siempre han sido intrascendentes. Sus personajes siempre han ido por libre, siempre han tenido sus propios intereses. Y éstos son siempre ajenos a los de la historia. Como debe ser. Si no, no serían personajes: serían peleles. Tarantino ha llevado esta teoría hasta el límite. Sus diálogos no están diseñados para hacer avanzar la trama; es más, no tienen ninguna relación con ella. Y eso es precisamente lo que los hace tan divertidos, tan brillantes: la alucinante disociación, casi esquizofrénica, entre la palabra y la imagen. Pero es la acción lo que hace avanzar la historia. Es el predominio de la imagen sobre la palabra. Y esto, en Death Proof, es más cierto que nunca.
Lo que sí es cierto es que las secuencias son un poco largas. Parece que eso se lo debemos a la manipulación que ha sufrido el proyecto Grindhouse en su estreno europeo. Según he leído, se ha añadido bastante metraje a cada una de las películas para que alcanzasen por separado una duración estándar. Y todo gracias al afán recaudatorio de unos tipejos sin escrúpulos, los hermanos Weinstein. Si no fuera por eso, la película sería muy probablemente una obra maestra. Claro que también sería otra película. En fin... ¿Veremos por aquí alguna vez la versión íntegra de Grindhouse?
Sin embargo, el peso de la película no descansa en los diálogos, sino en la estructura...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La película consta de dos actos, separados por un interludio cómico-policial. El primer acto transcurre desde el punto de vista de Stuntman Mike. Vemos a las chicas como las ve él, es decir, sensuales, deseables, estúpidas. De ahí la banalidad de sus conversaciones. Nuestro hombre odia a las mujeres. De ahí también los deseos que han manifestado muchos espectadores de que el personaje que interpreta Kurt Russell (muy bien, por cierto) se cargue a las chicas. Es la tensión, pues, entre unos diálogos banales, pero fascinantes, y un subtexto amenazador, presente en miradas y actitudes, el que genera un suspense que crece imparablemente hasta alcanzar su cénit en una explosión de violencia brutal. E inesperada, ya que, al producirse a la mitad del metraje, corta en seco la progresión argumental. Tan brutal que, inevitablemente, desplaza el punto de vista del espectador, ya en el segundo acto, hasta un segundo grupo de chicas. Esta vez, vengadoras. No deja de ser una metáfora de la trayectoria que ha seguido el punto de vista del propio Tarantino, desde la óptica exclusivamente masculina en su ópera prima, Reservoir Dogs, hasta el papel predominante de las mujeres en su cine actual.
Y, en fin, lo que ya resulta obvio: las persecuciones. No recuerdo haberlas visto mejores nunca en ninguna parte. Ni en Bullitt, ni en French Connection, ni en Mad Max, ni en nada. Las secuencias que ha filmado este hombre en Death Proof son sencillamente inmejorables. Es una auténtica orgía, un festival de sensaciones, cine con mayúsculas, culminando con un final corrosivo, rompedor, duro y a la cabeza. Sólo Tarantino, y nadie más, es capaz de marcarse una película así ahora mismo.
Y, en fin, lo que ya resulta obvio: las persecuciones. No recuerdo haberlas visto mejores nunca en ninguna parte. Ni en Bullitt, ni en French Connection, ni en Mad Max, ni en nada. Las secuencias que ha filmado este hombre en Death Proof son sencillamente inmejorables. Es una auténtica orgía, un festival de sensaciones, cine con mayúsculas, culminando con un final corrosivo, rompedor, duro y a la cabeza. Sólo Tarantino, y nadie más, es capaz de marcarse una película así ahora mismo.