Esta película parece pertenecer a ese extraño mundo del cine en que la historia te gusta muchísimo o simplemente no te gusta para nada. Es que no tiene puntos medios, la historia es tan plana, no hay química entre sus protagonistas, que hacen lo que pueden; el guión no ayuda para nada. Una critica desmesurada y hasta burlona de la sociedad japonesa, no sé como la calificarían allí, se acerca al irrespeto. Las imágenes se suceden una tras otra, sin una causa, sin un un fin; el cine no sólo es mostrar secuencias, el espectador debe apreciar que hay alguien en segundo plano contándote una maravillosa historia que te marcará por siempre. No mucho mas que decir, un paseo casi que cultural para conocer Tokio.