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Ciencia ficción. Drama. Aventuras
El mundo sufre un auténtico apocalipsis a causa de la liberación accidental de un virus que había sido desarrollado para una guerra biológica. En la Antártida, donde el intenso frío evita la proliferación de estos gérmenes, se establecen algunas personas para sobrevivir e intentar repoblar el planeta. (FILMAFFINITY)
6 de marzo de 2011
6 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mala película. Acerca de un virus fabricado por científicos que una vez liberado acaba con la población mundial excepto con los científicos que habitan en las bases de la Antártida.
Pero mucho más malos y satánicos son los políticos, sanitar-itis y periodistas a partir de la Dictadura Yatrogénica implantada en 2020 en gran parte del orbe, la cual ha logrado esclavizar a un pueblo tan saludablemente rebelde como el de los españoles tapándoles la cara con el símbolo de la servidumbre, propio de la cultura árabe e islámica que usan para esclavitud y servidumbre de sus mujeres. Ahora, con falsos argumentos científicos, han extendido dicho signo de esclavitud, sumisión y servidumbre a los hombres y mujeres occidentales.
En fin, la película es pésima, pero se aguanta porque es un anticipo o aviso de la plan-demia del corona-timo o Covid-19, Gran Mentira pro esclavización, extendida a partir de 2020 como un burdo experimento psicológico de control mental con el propósito de establecer mediante represión de los derechos humanos básicos tales como la simple respiración natural y otros muchos, un nuevo orden mundial, una Abusocracia político-sanitaristas-periodista-policial, a base de terror y miedo a un supuesto virus, y con la excusa de una crisis sanitaria donde la propagada constante, machacando a cada hora, sustituye a la ciencia, a la filosofía, a la verdad.
Pero mucho más malos y satánicos son los políticos, sanitar-itis y periodistas a partir de la Dictadura Yatrogénica implantada en 2020 en gran parte del orbe, la cual ha logrado esclavizar a un pueblo tan saludablemente rebelde como el de los españoles tapándoles la cara con el símbolo de la servidumbre, propio de la cultura árabe e islámica que usan para esclavitud y servidumbre de sus mujeres. Ahora, con falsos argumentos científicos, han extendido dicho signo de esclavitud, sumisión y servidumbre a los hombres y mujeres occidentales.
En fin, la película es pésima, pero se aguanta porque es un anticipo o aviso de la plan-demia del corona-timo o Covid-19, Gran Mentira pro esclavización, extendida a partir de 2020 como un burdo experimento psicológico de control mental con el propósito de establecer mediante represión de los derechos humanos básicos tales como la simple respiración natural y otros muchos, un nuevo orden mundial, una Abusocracia político-sanitaristas-periodista-policial, a base de terror y miedo a un supuesto virus, y con la excusa de una crisis sanitaria donde la propagada constante, machacando a cada hora, sustituye a la ciencia, a la filosofía, a la verdad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El científico japonés que al final va hasta Washington para evitar que los sistemas automáticos de EE.UU. y Rusia desencadenen el ataque de sus misiles atómicos contra todo bicho viviente, resulta que como es el único sobreviviente, se pone en camino hacia el Sur, supongo que intentando llegar de nuevo a la Antártida, donde dejó a un grupo humano numeroso y también a su mujer amada; pero el tipo en lugar de hacerlo mediante algún vehículo motorizado, emprende el regreso a pie por toda América, e incluso sube a pie al Machu Pichu (¡quizás una paradita de turismo o una concesión de este director japonés a su amigo Fujimori, que por los años 80 era lider notable del Perú).