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Voto de Alvaro_Pelis:
10
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Ciencia ficción. Drama
Matt Trent (Jon Hamm) y Joe Potter (Rafe Spall) están pasando unos días en un lugar remoto en medio de un paraje asolado por la nieve. El día de Navidad, Matt prepara la tradicional comida navideña, mientras que la canción "I Wish It Could Be Christmas Everyday" suena por la radio. Entonces, un extraño impulso empuja a Matt a explicar a Joe la razón por la que descubrió el lugar remoto en el que se encuentran ahora, un tema que nunca ... [+]
10 de julio de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que hace a “Black Mirror” tan desgarradora es el hecho de inventar unas tecnologías lo suficientemente cercanas a nuestra era como para crearnos una pesadilla al ver los sombríos efectos que podrían tener. Es una sátira, y eso se trata de mostrar lo que es nuestro mundo en este momento, aunque en una versión infernal, pero que nunca deja de ser en el fondo lo mismo. Pues “Blanca Navidad” es exactamente eso pero con una fuerza, un impacto y una inteligencia narrativa tal que el efecto se multiplica en nosotros como ningún otro Black Mirror. Después de la “Netflixización” de la serie a lo largo de sus ahora seis temporadas, creo que podemos reconocer mucho sobre la influencia de este episodio y los recursos narrativos que lo convierten en algo tan escalofriante.
Es un ejemplo la utilización de la información. Pienso que cuando Black Mirror triunfa más es cuando la esconde a su favor. (Spoilers hasta el final del párrafo).
Poco a poco se van revelando datos sobre las historias que cuentan los dos personajes, Joe (Rafe Spall) y Matt (Jon Hamm) a través de giros dramáticos, como la chica misteriosa de la fiesta que resulta ser una asesina suicida, el momento donde Joe descubre que su novia está embarazada o el momento donde descubre que su hija no es realmente su hija. Pero estos son recursos que se van utilizando de manera casual como pequeñas construcciones de las micro-historias. Es al final donde nos damos cuenta de que no se trataba de relatos que escondían información para revelar dentro de sí mismos, sino que el sentido de esas historias se encuentra precisamente en la información que se esconde fuera. Lo interesante durante todo el tiempo no eran los flashbacks, sino la situación en la que estaban los narradores en el presente. La historia es construida por ese hilo conductor que aúna el macro-relato para demostrarnos que aquí todos tienen algo que confesar. Ahí es donde el episodio nos sorprende y nos perturba. Nosotros no somos un ser omnisciente que lo ve todo desde fuera, sino que mientras nos contaban la historia de “la galleta” no éramos conscientes de que nosotros en todo momento éramos la galleta. El trabajo de punto de vista es hábil y nos obliga a sentir la tecnología como algo profundamente real. El hecho de convencernos de algo tan paradójicamente surrealista como eso (nosotros éramos el código digital todo el tiempo) es lo que nos da escalofríos. Aquí surge el mejor Black Mirror: la maestría de contar una historia a través del punto de vista y la información que se esconde. Nuestro propio mundo a través de los ojos del que lo vive como un infierno.
El diálogo, que da y esconde información a la vez, es ingenioso. Aunque a nadie le guste el diálogo expositivo, “Blanca Navidad” suelta mucho de él pero de una manera tan sutil y eficaz que parece que no se podría escribir de otra manera. Durante la primera mitad ni siquiera nos damos cuenta de que Joe apenas ha hablado, ya que ese aura misterioso y defensivo ya dice mucho de él, en oposición con la explosión que desarrolla en la segunda mitad. Y también es interesante el contraste entre los dos personajes, Joe y Matt. Joe, vestido con ropa andrajosa, se encuentra entre la foto de su expareja (su recuerdo imposible de olvidar) y un Matt con cuchillos en las manos en modo (sigilosamente) terapeuta. (Spoilers hasta el final del párrafo) Joe es una caja cerrada, taciturna y reservada, que está siendo inconscientemente seducido por el americano limpio, el tipo afable que en realidad hace cosas verdaderamente espantosas. Como dijo Jon Hamm en una entrevista, “la yuxtaposición de las dos caras de Matt es lo que hace que su castigo resulte tan amargo”. Y también es magnífico el trabajo escenográfico, que poco a poco va cambiando (más de lo que pensamos) para pasar de un hogar navideño y acogedor al frío lugar del crimen que ayuda a Joe a confesar.
Y ni hablemos de "la galleta" o el momento en el que Black Mirror predijo a Alexa. "No era ella de verdad, así que no era una barbarie", dice Matt a Joe para convencerle de que no hay nada de malo en esclavizar una consciencia humana si está hecha de un código digital. Todo empieza con la chorrada de la tostada, si está más o menos hecha. Pero cuando convierten a Greta (Oona Chaplin) en una IA solo para que haga las tostadas como a ella le gustan, esto se convierte en algo tremendamente sobrecogedor. Es un concepto tan brillante que nos inquietamos al reconocer que (aunque de primeras pensemos que no) quizá a nosotros tampoco nos importaría mucho poder hacer lo mismo con nuestra consciencia. Es cruel y macabro, pero quién no quisiera a una Alexa tan lista como nosotros. La idea es tan fantástica que se ha reciclado en varios episodios de la serie, principalmente “USS Callister”, “Hang the Dj” y “Black Museum”, e incluso en el episodio de la misma temporada “Ahora mismo vuelvo”, quizá de una manera más carnal y romántica. Pero ninguno de ellos ha sido tan cruel de dejar a ese ser digital durante seis meses sin nada que hacer solo como el tutorial de lo que va a significar su vida en adelante.
(Spoilers hasta el final de la crítica) Puede que Matt y Joe sean los malos, pero los que observan el espectáculo desde fuera y condenan a Matt a un terrible castigo de por vida también son los que se mueren de morbo por dejar al Joe digital encerrado en la casa a mil años por minuto. Entonces, los que vemos el macro-espectáculo desde el mundo real y nos morimos de morbo por volver a ver un episodio de Black Mirror donde seres digitales sufren, ¿somos los buenos? Ni siquiera a los espectadores nos deja "Blanca Navidad" la opción de ser los seres bondadosos en esta historia. Sigo en la sección Spoilers.
Es un ejemplo la utilización de la información. Pienso que cuando Black Mirror triunfa más es cuando la esconde a su favor. (Spoilers hasta el final del párrafo).
Poco a poco se van revelando datos sobre las historias que cuentan los dos personajes, Joe (Rafe Spall) y Matt (Jon Hamm) a través de giros dramáticos, como la chica misteriosa de la fiesta que resulta ser una asesina suicida, el momento donde Joe descubre que su novia está embarazada o el momento donde descubre que su hija no es realmente su hija. Pero estos son recursos que se van utilizando de manera casual como pequeñas construcciones de las micro-historias. Es al final donde nos damos cuenta de que no se trataba de relatos que escondían información para revelar dentro de sí mismos, sino que el sentido de esas historias se encuentra precisamente en la información que se esconde fuera. Lo interesante durante todo el tiempo no eran los flashbacks, sino la situación en la que estaban los narradores en el presente. La historia es construida por ese hilo conductor que aúna el macro-relato para demostrarnos que aquí todos tienen algo que confesar. Ahí es donde el episodio nos sorprende y nos perturba. Nosotros no somos un ser omnisciente que lo ve todo desde fuera, sino que mientras nos contaban la historia de “la galleta” no éramos conscientes de que nosotros en todo momento éramos la galleta. El trabajo de punto de vista es hábil y nos obliga a sentir la tecnología como algo profundamente real. El hecho de convencernos de algo tan paradójicamente surrealista como eso (nosotros éramos el código digital todo el tiempo) es lo que nos da escalofríos. Aquí surge el mejor Black Mirror: la maestría de contar una historia a través del punto de vista y la información que se esconde. Nuestro propio mundo a través de los ojos del que lo vive como un infierno.
El diálogo, que da y esconde información a la vez, es ingenioso. Aunque a nadie le guste el diálogo expositivo, “Blanca Navidad” suelta mucho de él pero de una manera tan sutil y eficaz que parece que no se podría escribir de otra manera. Durante la primera mitad ni siquiera nos damos cuenta de que Joe apenas ha hablado, ya que ese aura misterioso y defensivo ya dice mucho de él, en oposición con la explosión que desarrolla en la segunda mitad. Y también es interesante el contraste entre los dos personajes, Joe y Matt. Joe, vestido con ropa andrajosa, se encuentra entre la foto de su expareja (su recuerdo imposible de olvidar) y un Matt con cuchillos en las manos en modo (sigilosamente) terapeuta. (Spoilers hasta el final del párrafo) Joe es una caja cerrada, taciturna y reservada, que está siendo inconscientemente seducido por el americano limpio, el tipo afable que en realidad hace cosas verdaderamente espantosas. Como dijo Jon Hamm en una entrevista, “la yuxtaposición de las dos caras de Matt es lo que hace que su castigo resulte tan amargo”. Y también es magnífico el trabajo escenográfico, que poco a poco va cambiando (más de lo que pensamos) para pasar de un hogar navideño y acogedor al frío lugar del crimen que ayuda a Joe a confesar.
Y ni hablemos de "la galleta" o el momento en el que Black Mirror predijo a Alexa. "No era ella de verdad, así que no era una barbarie", dice Matt a Joe para convencerle de que no hay nada de malo en esclavizar una consciencia humana si está hecha de un código digital. Todo empieza con la chorrada de la tostada, si está más o menos hecha. Pero cuando convierten a Greta (Oona Chaplin) en una IA solo para que haga las tostadas como a ella le gustan, esto se convierte en algo tremendamente sobrecogedor. Es un concepto tan brillante que nos inquietamos al reconocer que (aunque de primeras pensemos que no) quizá a nosotros tampoco nos importaría mucho poder hacer lo mismo con nuestra consciencia. Es cruel y macabro, pero quién no quisiera a una Alexa tan lista como nosotros. La idea es tan fantástica que se ha reciclado en varios episodios de la serie, principalmente “USS Callister”, “Hang the Dj” y “Black Museum”, e incluso en el episodio de la misma temporada “Ahora mismo vuelvo”, quizá de una manera más carnal y romántica. Pero ninguno de ellos ha sido tan cruel de dejar a ese ser digital durante seis meses sin nada que hacer solo como el tutorial de lo que va a significar su vida en adelante.
(Spoilers hasta el final de la crítica) Puede que Matt y Joe sean los malos, pero los que observan el espectáculo desde fuera y condenan a Matt a un terrible castigo de por vida también son los que se mueren de morbo por dejar al Joe digital encerrado en la casa a mil años por minuto. Entonces, los que vemos el macro-espectáculo desde el mundo real y nos morimos de morbo por volver a ver un episodio de Black Mirror donde seres digitales sufren, ¿somos los buenos? Ni siquiera a los espectadores nos deja "Blanca Navidad" la opción de ser los seres bondadosos en esta historia. Sigo en la sección Spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Me gusta pensar que “Blanca Navidad” es el episodio definitivo de Black Mirror. De alguna manera, todos los episodios de la serie tienen algo de este y está tan lleno de ideas geniales que parece que hasta los episodios más antiguos se hayan influenciado de él. "Tu historia completa" utiliza el "grano" (traducido en este episodio como los “Ojos Z”) con destreza narrativa, pero "Blanca Navidad" va más allá. Y no por el hecho de que expanda la idea (ahora la gente se puede "bloquear" como si todos fuésemos una cuenta de Twitter) sino porque le da más funciones narrativas. El "bloqueo" no solo engendra una ruptura amorosa y el descubrimiento de una infidelidad, tal y como vemos en “Tu historia completa”, sino que ahora podemos jugar la carta a un nivel extrapersonal. En este episodio no hay piedad, así que hasta el propio Matt, el único en el que confiábamos, se lleva su propio merecido cuando le activan el modo "te dedicabas a observar ilegalmente relaciones íntimas, pues ahora no vas a poder observar a nadie y nadie te va a poder observar a tí". Matt es bloqueado por todos y él tiene bloqueados a todos para siempre, asi que como en "Oso blanco", Matt es castigado por su propia medicina. Hasta la tecnología más aparentemente funcional y progresista se utiliza en este episodio como lo más cruel del mundo.
También me encanta el oscuro significado que toma la famosa línea musical "I wish it could be Christmas every day" ("desearía que cada día fuese Navidad"). Quizá Joe no lo desee tanto si eso significa tener que ver durante el resto de su vida a su (semi) hija muerta en la lejanía del paisaje. El día del año que tanto ansiaba que llegara durante tanto tiempo ahora será el único día en el que vivirá durante una eternidad. Y la tecnología es un espejo tan negro en este episodio que solo hace que recordar a Joe (subiéndole el volumen de la canción cada vez que la intenta silenciar) que cada día de su vida será una negrísima Navidad.
Es fascinante la simbología de la bola de cristal navideña. El arma con el que mata al padre de su ex novia se convierte en el lugar donde quedará encerrado durante millones de años. De nuevo como en "Oso blanco", su propia medicina. El director Carl Tibbetts citó lo siguiente: “Trata de qué se considera un crimen y qué no. Joe no es más que un pobre desgraciado que hizo algo malo, pero ¿qué hay del modo en que le sonsacaron la verdad? Se puede torturar a cosas que no son personas, pero ¿cuándo se convierten en personas?”.
Y es magistral el último plano, donde la cámara sale de la casa y la casa se convierte en la bola de cristal para volver a hacer lo mismo en un bucle infinito. El clásico objeto navideño deja de ser la bonita, pequeña y reluciente esfera de nieve para convertirse en una cúpula que encierra a Joe en lo que será su peor pesadilla.
"Blanca Navidad" es la dosis perfecta de un Black Mirror. El Black Mirror que a todos nos gusta ver. Es original, es oscuro, es inquietante, es reflexivo y hace arder el alma. Es una blanca Navidad imposible de reflejar en un espejo negro.
También me encanta el oscuro significado que toma la famosa línea musical "I wish it could be Christmas every day" ("desearía que cada día fuese Navidad"). Quizá Joe no lo desee tanto si eso significa tener que ver durante el resto de su vida a su (semi) hija muerta en la lejanía del paisaje. El día del año que tanto ansiaba que llegara durante tanto tiempo ahora será el único día en el que vivirá durante una eternidad. Y la tecnología es un espejo tan negro en este episodio que solo hace que recordar a Joe (subiéndole el volumen de la canción cada vez que la intenta silenciar) que cada día de su vida será una negrísima Navidad.
Es fascinante la simbología de la bola de cristal navideña. El arma con el que mata al padre de su ex novia se convierte en el lugar donde quedará encerrado durante millones de años. De nuevo como en "Oso blanco", su propia medicina. El director Carl Tibbetts citó lo siguiente: “Trata de qué se considera un crimen y qué no. Joe no es más que un pobre desgraciado que hizo algo malo, pero ¿qué hay del modo en que le sonsacaron la verdad? Se puede torturar a cosas que no son personas, pero ¿cuándo se convierten en personas?”.
Y es magistral el último plano, donde la cámara sale de la casa y la casa se convierte en la bola de cristal para volver a hacer lo mismo en un bucle infinito. El clásico objeto navideño deja de ser la bonita, pequeña y reluciente esfera de nieve para convertirse en una cúpula que encierra a Joe en lo que será su peor pesadilla.
"Blanca Navidad" es la dosis perfecta de un Black Mirror. El Black Mirror que a todos nos gusta ver. Es original, es oscuro, es inquietante, es reflexivo y hace arder el alma. Es una blanca Navidad imposible de reflejar en un espejo negro.