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Voto de Favio Rossini:
8
7,8
157 342
Bélico. Acción. Comedia
Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En la Francia ocupada por los alemanes, Shosanna Dreyfus (Mélanie Laurent) presencia la ejecución de su familia por orden del coronel Hans Landa (Christoph Waltz). Después de huir a París, adopta una nueva identidad como propietaria de un cine. En otro lugar de Europa, el teniente Aldo Raine (Brad Pitt) adiestra a un grupo de soldados judíos ("The Basterds") para atacar objetivos concretos. Los ... [+]
6 de octubre de 2009
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Capitulo 1: Homenajeando al western clásico
Sólo a alguien como Tarantino se le podía ocurrir hacer uno de los más impresionantes homenajes al cine del oeste a través de una película bélica. Esto demuestra que el esquema narrativo del western no solo es viable para ser utilizado en otros géneros, sino que, a menudo, es el más idóneo. Bicho clásico, nunca muere.
El manejo del ritmo es impresionante. Bajo un increscendo agobiante, el espectador es llevado en volandas hasta un climax radicalmente violento, de la más pura marca Quentin. Y como consecuencia de la matanza, el desencadenante de la película.
Secuencia que, sin duda, será estudiada minuciosamente en las escuelas de cine.
Homenajes a “Sin Perdón” y “Centauros del desierto”, entre otras.
Capitulo 2. Homenajeando al cine bélico.
Los Malditos Bastardos podrían ser perfectamente personajes de pelis tan variopintas como “Mash”, “La cruz de Hierro” o incluso cualquiera de la saga de “Loca academia de policía”.
Se pretende aquí homenajear al grupo de hombres tarados, que debido a las circunstancias beligerantes que les ha tocado vivir, no responden ya ante nada más que ante su propia moral, y que culpan al alto mando de las miserias que han tenido que vivir en el campo de batalla.
En este caso esa locura es aprovechada para hacer cundir el pánico entre los nazis en una Francia todavía ocupada, a base de cortar cabelleras y no dejar títere con cabeza.
Este grupo macabro sin duda ha sido de lo más criticado de lo ultimo del de Knoxville, alegando que su aportación al argumento es prácticamente nula. De acuerdo estoy, pero creo que Quentin se concede esa licencia para poder dar rienda suelta a su violencia sarcástica y así oxigenar su cerebro psicópata. Y no lo neguemos, a todos nos encanta.
Capitulo III. Homenajeando al thriller
Entra en escena el suspense al más puro estilo Hitchkock. Un Macguffin de lo más tonto (bueno, como todos, casi lo son por definición) abre el tarro de las casualidades que desencadena la llegada del Führer al cine de una judía con ganas de venganza.
Muy bien todo el elenco, en especial Daniel Bruhl, que consigue que le pilles tirria desde que entra en pantalla.
Multitud de referencias al cine de la UFA.
Sólo a alguien como Tarantino se le podía ocurrir hacer uno de los más impresionantes homenajes al cine del oeste a través de una película bélica. Esto demuestra que el esquema narrativo del western no solo es viable para ser utilizado en otros géneros, sino que, a menudo, es el más idóneo. Bicho clásico, nunca muere.
El manejo del ritmo es impresionante. Bajo un increscendo agobiante, el espectador es llevado en volandas hasta un climax radicalmente violento, de la más pura marca Quentin. Y como consecuencia de la matanza, el desencadenante de la película.
Secuencia que, sin duda, será estudiada minuciosamente en las escuelas de cine.
Homenajes a “Sin Perdón” y “Centauros del desierto”, entre otras.
Capitulo 2. Homenajeando al cine bélico.
Los Malditos Bastardos podrían ser perfectamente personajes de pelis tan variopintas como “Mash”, “La cruz de Hierro” o incluso cualquiera de la saga de “Loca academia de policía”.
Se pretende aquí homenajear al grupo de hombres tarados, que debido a las circunstancias beligerantes que les ha tocado vivir, no responden ya ante nada más que ante su propia moral, y que culpan al alto mando de las miserias que han tenido que vivir en el campo de batalla.
En este caso esa locura es aprovechada para hacer cundir el pánico entre los nazis en una Francia todavía ocupada, a base de cortar cabelleras y no dejar títere con cabeza.
Este grupo macabro sin duda ha sido de lo más criticado de lo ultimo del de Knoxville, alegando que su aportación al argumento es prácticamente nula. De acuerdo estoy, pero creo que Quentin se concede esa licencia para poder dar rienda suelta a su violencia sarcástica y así oxigenar su cerebro psicópata. Y no lo neguemos, a todos nos encanta.
Capitulo III. Homenajeando al thriller
Entra en escena el suspense al más puro estilo Hitchkock. Un Macguffin de lo más tonto (bueno, como todos, casi lo son por definición) abre el tarro de las casualidades que desencadena la llegada del Führer al cine de una judía con ganas de venganza.
Muy bien todo el elenco, en especial Daniel Bruhl, que consigue que le pilles tirria desde que entra en pantalla.
Multitud de referencias al cine de la UFA.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Capítulo IV. Homenajeando al cine de espías.
Aquel cine de los 70 en los que los nazis hablaban ingles con acento y los espías siempre eran descubiertos por algún gesto o detalle poco perceptible para la vista.
El acto más tarantiniano, con mucha sencillez en la realización, unos diálogos hilarantes y la irrenunciable violencia macabra de Quentin. A destacar el surrealista juego de cartas y los gestos de póker de todos los actores en los contraplanos.
Muy bien llevada en todo momento.
Capitulo V. Homenajeando al cine gangster.
A mi estéticamente me recordó varias veces a Brian de Palma, desde el aspecto de “Intocables de Elliot Ness” que tienen los bastardos infiltrados con sus metralletas, hasta la masacre al más puro estilo “Carrie” que se desencadena al final. Sin duda, la dirección de arte es algo que ha cuidado mucho Tarantino en esta película, a diferencia de sus trabajos anteriores
Brad Pitt está impresionante y nos brinda una de las escenas más humorísticas del film con su dominio de los idiomas y sus gestos de disimulo, antes de desencadenar la desternillante muerte de Hitler con una violencia humorística arrolladora.
Continuas referencias al cine alemán y francés de los años 20, con apariciones estelares como la de Emil Jannings.
Y me dejo para el final el personaje de Hans Landa, que sin duda ya ha entrado en el salón de la fama de los malos malísmos del séptimo arte. Su inteligencia, la manera que tiene de machacar psicológicamente a sus rivales, su humor retorcido, su egoísmo y la multitud de matices que presenta hacen de él un autentico filón, explotado de forma apropiada por Quentin y por el actor austriaco Christoph Waltz, que hace un trabajo soberbio.
A ver con que nos sorprende Hans si finalmente se rueda una segunda parte.
Lo mejor que ha realizado Tarantino desde hace mucho tiempo.
Aquel cine de los 70 en los que los nazis hablaban ingles con acento y los espías siempre eran descubiertos por algún gesto o detalle poco perceptible para la vista.
El acto más tarantiniano, con mucha sencillez en la realización, unos diálogos hilarantes y la irrenunciable violencia macabra de Quentin. A destacar el surrealista juego de cartas y los gestos de póker de todos los actores en los contraplanos.
Muy bien llevada en todo momento.
Capitulo V. Homenajeando al cine gangster.
A mi estéticamente me recordó varias veces a Brian de Palma, desde el aspecto de “Intocables de Elliot Ness” que tienen los bastardos infiltrados con sus metralletas, hasta la masacre al más puro estilo “Carrie” que se desencadena al final. Sin duda, la dirección de arte es algo que ha cuidado mucho Tarantino en esta película, a diferencia de sus trabajos anteriores
Brad Pitt está impresionante y nos brinda una de las escenas más humorísticas del film con su dominio de los idiomas y sus gestos de disimulo, antes de desencadenar la desternillante muerte de Hitler con una violencia humorística arrolladora.
Continuas referencias al cine alemán y francés de los años 20, con apariciones estelares como la de Emil Jannings.
Y me dejo para el final el personaje de Hans Landa, que sin duda ya ha entrado en el salón de la fama de los malos malísmos del séptimo arte. Su inteligencia, la manera que tiene de machacar psicológicamente a sus rivales, su humor retorcido, su egoísmo y la multitud de matices que presenta hacen de él un autentico filón, explotado de forma apropiada por Quentin y por el actor austriaco Christoph Waltz, que hace un trabajo soberbio.
A ver con que nos sorprende Hans si finalmente se rueda una segunda parte.
Lo mejor que ha realizado Tarantino desde hace mucho tiempo.