Me ha decidido a escribir esta critica tras leer la ignominia escrita por alguien que, disfrazado de cinéfilo, se desnuda a sí mismo como alguien capaz de justificar el genocidio, en este caso el cometido por el régimen militar argentino contra miles de personas cuyo único delito fue ser de izquierdas o, simplemente, "diferentes" (como es el caso del gay que vive con la protagonista...) Y lo hace con las consignas habituales de "cine subvencionado" "mentiras mediáticas" y demás parafernalia que se han usado antes para negar el nazismo y otras formas de barbarie.

Y no es que la cinta sea de lo mejor pero, más allá de la tragedia sobre la que trata, que ya de por sí merece un respeto de cualquiera que se llame humano, tiene muchos valores desde el punto de vista puramente cinematográfico, y no sólo la excelente fotografía. También la interpretación y el desarrollo de algunos, no todos, los personajes.

Pero, sobre todo, la historia es conmovedora, porque se mete en el alma de una "desaparecida" que, en lugar de terminar asesinada de un tiro, o torturada, o arrojada al océano desde un kilómetro de altura, es robada por uno de los asesinos de su propia madre, criada por él y su cínica esposa y enfrentada, ya en la edad adulta, al terrible drama de elegir entre sus padres biológicos, desaparecidos sin dejar más rastro que una emotiva carta, y sus padres de crianza que, en realidad, habían sido sus secuestradores.

Es, también, la historia de dos viajes emocionales: el primero, el de la niña robada, víctima por partida doble, desde el amor incondicional a sus padres de crianza hasta el encuentro final con su abuela biológica, pasando por las contradicciones, la negación y la rabia. Y el segundo, el de su amiga, hija también de desaparecidos, que vive su condición de una manera casi esquizofrénica: colabora con Abuelas de Mayo, mientras que vive dentro de una negación continua en la que mantiene llamadas imaginarias con su padre muerto, hasta que, también al final, corta esa relación enfermiza, justo tras recibir la extraña compensación económica que el estado argentino aprobó para los familiares de las victimas.

Dos viajes vitales paralelos, protagonizados por dos mujeres llenas de talento, inteligentes, fuertes e independientes, protagonizadas por dos actrices jóvenes y muy guapas que se muestran capaces de meterse de lleno en sus difíciles papeles. Espectacular la actriz que encarna a Eva, a la que no conocía, pero de la que me he enamorado perdidamente durante la película.