Después de ver la película a uno le queda la impresión de que el resultado hubiera sido muchísimo mejor si Scorcesse o Coppola la hubieran dirigido. También es verdad que un importante culpable de esa no demasiado buena impresión es el caracter eminentemetne televisivo de esta producción. Es una verdadera pena puesto que tanto el argumento como los intérpretes daban para una gran película.

La trama se mete de lleno en la disputa por una serie de propiedades en el seno de una familia mafiosa. A consecuencia se producirán una serie de vendetas que ocasionarán muerte y miserias por doquier. En ese marco veremos la evolución de cinco féminas que ante las circunstancias tendrán que soportar una carga para la que nadie les había preparado.

El punto fuerte de la película es la evolución de sus personajes femeninos encabezados por unas inconmensurables Vanessa Redgrave y Nastassja Kinski. En este punto decepciona una Jennifer Tilly que sobre explota en demasía su ya conocido rol de chica dulce. Aparte,, no hay que olvidar un guión consistente sin ningún tipo de fisuras y lleno de paradójicos cambios de rumbo.

En su lado negativo, un ritmo excesivamente lento que aburre por momentos y alguna que otra incoherencia respecto al funcionamiento real de las cosas o en cuanto al maquillaje. Ni lA policía actúa como aparece reflejado, ni es normal que los personajes interpretados por Nastassja Kinski y Jennifer Tilly no envejezcan su aspecto durante los 30 años por los que transcurre la película.