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España España · Barcelona
Voto de Gilbert:
7
Drama Winston Churchill (Albert Finney) y su mujer Clementine (Vanessa Redgrave) se mantuvieron muy unidos durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), pero algunos años antes habían atravesado una situación muy delicada. La causa fue la profunda depresión en la que cayó el político conservador al verse amenazado por la ruina económica. (FILMAFFINITY)
18 de diciembre de 2008
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un profeta no es alguien que adivine el futuro, sino alguien con una visión real del presente.

Winston Churchill era un tipo aventurero, irascible, borrachuzo, fumador empedernido de puros, egocéntrico, megalómano, belicoso, manirroto, indisciplinado, errático a menudo, poco de fiar y reñido con la modernidad. Cambió dos veces de partido y no era muy querido dentro de los conservadores británicos por su radicalismo. Lo consideraban un viejo chocho acabado, vamos. Pero en una época turbulenta de la historia, en el que todo el mundo le bailaba el agua al abstemio y moderno Hitler, fue el único que vio las orejas al lobo. Y durante un tiempo luchó contra él en solitario, ya que los comunistas pactaron con el lobo, el continente se rendía a sus pies, y los yanquis lo contemporizaban. "Nosotros defenderemos nuestra isla, lucharemos en las playas, lucharemos en los campos de aterrizaje, lucharemos en los campos y las calles, lucharemos en las colinas; y... Nosotros nunca nos rendiremos". Cuando acabó su tarea los británicos sabiamente le dieron una patada en las urnas. Es lo que tienen los mitos...

Y este estupendo telefilme cuenta los inicios de esta visión. Combina perfectamente el retrato familiar del hombre con los primeros pasos del nacimiento de un mito. Albert Finney hace el trabajo de su vida, no interpreta a Churchill, es Churchill. Con su engolada y antigua retórica y todo. Y Vanessa Redgrave le hace el contrapunto perfecto como su sufrida e inteligente esposa. Porque no nos engañemos, Churchill en la intimidad debía ser una persona insoportable. Pero imposible no sentir debilidad por él. Es lo que tienen los mitos...

Quizás este producto, de la siempre competente HBO, esté falto de cierto toque genial tal como merecía y era el retratado; pero desde luego es irreprochable tanto en su producción, fotografía y sobre todo las actuaciones de un selecto elenco de los mejores actores británicos de la actualidad. Y a la cabeza Albert Finney que, no me cansaré de repetirlo, hace la actuación de su vida.

"El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse." (Winston Churchill)
Gilbert
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