12 de abril de 2013
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya sabemos lo que, a priori, ofrece una película firmada por un gran estudio. Inercia hacia las convenciones, caminos ya transitados, buenos efectos especiales y algún personaje acartonado que dota de "profundidad" al conjunto. Oblivion consigue distanciarse en cierta medida del ridículo seleccionando a placer los elementos argumentales de otras películas, para desarrollar una especie de puzzle aceptable. Durante sus amenas dos horas, los guionistas han conseguido que todo se equilibre de tal manera que, además de no cometer los errores y excesos rutinarios, la película se anestesia a sí misma, eliminando cualquier oportunidad de aspirar algo más. Se siente medida, equilibrada, insustancial... Una película que está matemáticamente realizada, sin más ni menos. Los personajes tienen relativa profundidad, el ensamblaje de acontecimientos y sorpresas es satisfactorio, los efectos especiales son perfectos, la realización es pulcra y anónima...
Por todo eso, lo que queda es una película algo anestesiada. Tiene ideas, y posiblemente guste su ejercicio de reciclaje a quienes desconozcan las fuentes, pero también recuerda al tipo de producto que ha limado cualquier resquicio de organicidad, que intenta contentar a todos, que hace lo imposible por disminuir el riesgo, para dar como resultado una forma impersonal que pasa pronto y no explora sus posibilidades. A ciertos niveles funciona, es interesante, y consigue implicarte, pero también cansa este medido hijo de la reducción de riesgos. Todos nos sentimos tentados a enumerar errores cuando una película no nos gusta, o a ensalzar determinada forma de perfección en aquellas películas que nos maravillan. Películas como "Oblivion" recuerdan que la eliminación de errores o su probabilidad, obsesión de un mundo dominado por la estandarización, está mucho más cerca de la banalidad, que de la "perfección".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Me reí mucho con la idea de los clones, imaginar a Tom Cruise infinitamente multiplicado era humor del fino. Pero con (medida) sabiduría evitaron el temido plano. Habría sido bestial ver una horda de Cruises amenazar a Cruise, en una película protagonizada por Tom Cruise.
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