Este es un remake de una película de Burt Reynolds de los años setenta. Se han hecho algunos cambios para adaptarla, pero en general se mantiene fiel a la original. Aquí tenemos a Adam Sandler haciendo el papel de un ex-jugador de la NFL, que termina en prisión. En la que también está un alcaide fanático del fútbol americano y unos guardas con su propio equipo. Los guardas necesitan machacar a otro equipo y les toca recibir a los reclusos.

Es una comedia simplona, es una película para reírse y disfrutarla. No esperes más que eso, pero por lo menos lo que promete lo consigue. El director capta realmente buenos planos en las escenas de fútbol americano, en las demás no hace nada extraordinario. Adam Sandler no acaba de encajar en el papel de duro. Para ser ex-jugador de este juego donde hay tanto contacto físico, parece un tipo realmente flojo. Chris Rock si hace su papel con maestría, pero sus apariciones no son muchas. Y a Burt Reynolds parece que lo ponen para conectar con la gente que vio la original, porque tampoco tiene excesiva relevancia su papel.